martes, 25 de noviembre de 2008

25 DE NOVIEMBRE, DÍA DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO

¿Será posible que se haya tenido que asignar un día del año a recordar a las personas, que hay que decir ¡no! a la violencia de género? ¿Dónde está entonces la conciencia ciudadana, cívica, moral…, el concepto de dignidad, el del valor a la vida? O, ¿debería ser hoy el día de recordar a los “NO MALTRATADOS”, que hay personas que “SÍ” quieren vivir y vivir con dignidad, con confianza en sí mismas y seguridad de que nadie debe violar su espacio vital y más aún, su integridad física, psicológica, emocional y moral? Pienso que hoy debería ser un día de remover conciencias; conciencias de los observadores del maltrato que callan, giran la cara, dicen no ver, no oír, no saber. Cuándo en realidad lo están viendo, oyendo y enterándose todo como parte de una comedia o de un espectáculo. En vez de recordar sólo a las víctimas por el maltrato, en muchos de los casos por violencia machista, pero no en todos; hoy, debería ser un día de llamamiento a las conciencias de los que se esconden detrás de una persiana, ventana, puerta,.., y callan, y que además se regodean en la/el maltratado humillándolo aún más. Hoy, debería ser el día en que sancione a los que sólo penan bajo sangre, a los que omiten cualquier otro tipo de dolor provocado por maltrato psicológico, y que sin más a veces también mata. ¡Mata en vida a un ser inocente, indefenso, vulnerable, que probablemente desee vivir! Hoy debe ser el día, en que erradiquen los prejuicios del concepto maltratado. Hoy debe ser el día, en que si nadie auxilia, dejen pedir auxilio y auxilien. Hoy es el día, en que cuando se realiza una llamada a los mossos d’escuadra, les sancionen por decir “si no hay sangre, no es urgente, pase mañana por comisaría y traiga pruebas” ¡Hoy en realidad es el día de la vergüenza! De la vergüenza de haber perdido los valores más arraigados de lo que significa respeto a la vida no sólo a la propia sino a la de los otros, vergüenza por no tener dignidad y no dejar que otros vivan su vida dignamente, vergüenza por callar y ser cómplices de homicidios y delitos de violencia de género mayormente machistas (según indican las encuestas). Hoy es el día en que las estadísticas pasen a un plano “n”, porque primero ha de se la vida. Pese a todo, hay héroes anónimos que con su vida han pagado por la vida de una mujer, mientras otros cobardes observaban cómo la perdían. Hoy es un día de reflexión, en donde se debe reflexionar de el por qué un 25 de noviembre de cada año se ha de dedicar a la violencia de género. Isabel Gómez.

sábado, 15 de noviembre de 2008

ES POSIBLE RECUPERAR LA IDENTIDAD PERDIDA

Es imprescindible querer tomar el control de las emociones, sensaciones, sentimientos, estados de ánimo incluso mejorar el aspecto físico; para que la persona alcance ser lo que se proponga ser. Incluso retomar aquello que un día pudo haber sido y a lo que no llegó a ser, o que, lo haya sido y por diferentes circunstancias ajenas a ella, lo haya perdido. Para llegar a alcanzar el o los objetivos deseados, es importante que la persona realmente lo desee, lo quiera, lo sueñe y se lo proponga. Ello requiere, mucha fuerza de voluntad, constancia, perseverancia, fortaleza, valentía. Primero se han de valorar los estados: emocional, intelectual, físico actual de la persona. Seguidamente, se ha determinar lo que le afecta. Encontrar lo que le genera conflicto, determinar sus apegos, aspectos de su vida pendientes aún de resolver o posibles estados de duelo. Este es un trabajo muy íntimo, personal, comprometido y que requiere mucha compañía, especialmente de un profesional; en esta etapa de la reconstrucción o recuperación de la identidad, se requiere mucha autenticidad, sinceridad con uno mismo; de lo contrario, no funcionaría. En todo este proceso, la auto-percepción es la parte más difícil a la que se ha de enfrentar la persona. En muchos casos, la percepción de sí mismo, se encuentra contaminado de las opiniones de los otros, de la imagen forjada en relación a los auto-mensajes que haya interiorizado cognitivamente a lo largo de su vida. Por ello, a la hora de recuperar la identidad perdida, es imprescindible marcarse objetivos; objetivos concretos, que sean posible su ejecución, que se puedan replantear, organizados de menor a mayor grado de esfuerzo y compromiso consigo mismo. Los objetivos han de responder a la realidad de la persona, su entorno: social y cultura; y auto-recursos, los más intrínsicos que posea a nivel: físico, intelectual o emocional. Este es un trabajo que puede durar toda una vida. Es un trabajo que de desear la persona realizarlo sin compañía profesional, requiere en ella poseer una sólida madurez y equilibrio emocional, un nivel intelectual medio alto preferentemente con formación académica, con experiencia previa en éste tipo de reestructuración cognitiva y trabajo emocional a nivel psicológico de esta manera tendrá experiencia para tolerar el fracaso (cuando fracase en alcanzar el objetivo planteado), que posea una alta capacidad de auto-evaluación y auto-crítica, con gran flexibilidad para replantear los objetivos previamente planteados. Este es un trabajo frecuente y recomendablemente de dos: la persona y un psicoterapeuta. Pese a que el trabajo sea de dos, ha de durar un tiempo determinado según el estado en el que llegue al del inicio del trabajo la persona. Una vez concluido el trabajo de fondo, se suele realizar un proceso de seguimiento el que también dura un tiempo determinado, en función de la capacidad que tenga la persona de abordar nuevas experiencias o situaciones de conflicto. Pasado todo este tiempo, ya la persona puede seguir adelante en su tarea de reestructuración fortalecimiento de su identidad, ya que éste proceso pasa por etapas, pero dura toda, la vida, sobre todo el fortalecimiento de la identidad.
Isabel Gómez

jueves, 13 de noviembre de 2008

LA ADOPCIÓN DE ANIMALES, UNA BUENA TERAPIA


A veces nos sentimos solos, tristes, sin ganas de hacer nada e incluso sin ganas de seguir adelante. No sabemos qué hacer, no sabemos qué probar para mejorar nuestro estado de ánimo. Yo he encontrado el remedio en Eder, sí Eder, una perrita que adopté hace un mes en una perrera de Madrid. Mi mentalidad cambió en cuanto la conocí. Me apetecía tener un perro por el hecho que te aportan alegría, fidelidad, compañía, simpatía, felicidad y sobretodo agradecimiento, ya que mi estado anímico estaba más bien por los suelos. Sí, digo que mi mentalidad cambió porque yo quería un perro de raza, joven y macho.
Creía que a un perro joven se le podía educar mejor que a uno más mayor y me equivoqué. Eder, con casi tres años, es super educada, agradecida, juguetona, fiel, obediente, graciosa, guapa, guardiana y en tan sólo un mes que llevamos juntas hemos aprendido mucho la una de la otra. Te olvidas de muchos de tus problemas porque ahora tienes a quién cuidar, sabes que su vida depende de ti.
Cuando llego por la tarde del trabajo a casa, allí está ella esperándome en la puerta y me recibe saltando de alegría, se me sube, me abraza y me besa. La verdad que esa sensación de que un ser vivo te quiera tanto y te lo demuestre de esa manera no tiene precio. Muchas de las personas que les comento que he adoptado un perro me dicen lo siguiente: “ya te has buscado una obligación” o “ya tienes un disgusto asegurado”, pero las personas que nunca han tenido un animal no saben lo que es.
Prefiero tener esa obligación y sentirme así de bien y también prefiero tener un disgusto (espero que dentro de mucho tiempo) porque lo que te aporta un animal supera mil veces a ese futuro disgusto. A Eder la encontré de la siguiente manera. Puse un anuncio en Internet por si alguien me regalaba un perrito con esas características. Maru me contestó, me dijo que tenía una hembra de casi tres años y mestiza. Mi reacción inicial fue decirle que no, que prefería un perro joven antes que una hembra con esa edad y menos si no era de raza; pero mi curiosidad hizo que le pidiera una foto de Eder.
Cuando la vi, y vi su carita de pena pensé “no puedo dejarla allí (ya que vivía en una jaula de una perrera), esa perrita se ha de venir conmigo, aunque no sea lo que yo busco”. En principio había un inconveniente que ella estaba en Madrid y yo en Barcelona. Maru me informó de todo el proceso de adopción, me dijo que me la enviaban a casa vacunada, desparasitada, capada, con el chip puesto, con la cartilla y con los papeles de la adopción. No me lo pensé y le dije que la quería, porque estos animales necesitan una segunda oportunidad. Maru me comentó que llevaba casi un año encerrada en la perrera (cosa que no entiendo) y que si nadie se la llevaba se desharían de ella. La verdad que me la quedé, ya no por el dinero que te ahorras con la adopción sino por el favor que le haces al animal y a ti mismo.
En definitiva, la adopción es la mejor forma de asegurar un futuro digno para los animales abandonados.
Es una alternativa solidaria a la compra de mascotas y, a menudo, la única salida para las decenas de perros y gatos que cada día llegan a las perreras de todo el país. Así que ya sabes, si te interesa sentirte mejor, no olvides entrar en http://www.laguarida.org/ o enviar un e-mail a: juncalin@gmail.com (Nuria) o mailto:marsaps@hotmail.com(Maru), dos personas super humanas volcadas en la vida de los animales.
. Técnico en Prevención en Riesgos Laborales.

martes, 11 de noviembre de 2008

DOS EJEMPLOS, UNO DE DIGNIDAD Y OTRO DE SEGURIDAD PERSONAL

Dice el dicho: “para muestra basta un botón”, pero yo tengo dos. Me he encontrado con un gremio dentro del ámbito sanitario que son unos sujetos que han estudiado medicina, se han especializado en cirugía máxilo-facial y realmente se comportan como si fuesen dioses, intocables, irrefutables; que se expresan con desprecio hacia sus colegas de otras especialidades y con toda persona que tengan delante. Desconozco las cartas de reclamaciones que haya acumulado este gremio, sería interesante saberlo. Porque puede que hasta ahora hayan habido demasiados “pacientes”, y ya es hora de que éstos se reconozcan como personas con derecho a un trato digno, como me he reconocido yo. Lo cierto es que tengo para muestra dos botones, no sólo uno, y propongo que quien tenga más, que lo diga. Supuestamente, estos sujetos debían valorar mi dolencia y realizar un estudio de las causas de ésta. Respuestas con el mismo discurso por parte de ambos sujetos en tiempo y espacio distintos: “¿no sé por qué envían a gente así a mi consulta?, cuando hay pequeños desgastes articulares, ¡el dolor es normal… y se ha de aprender a vivir con él…, tenerle paciencia,”…! Mi primer botón, fuera de toda ética profesional, y verdaderamente ofendido con mi presencia ante él, me explicó el cuadro de la “paciente” que él había visitado previamente a mi presencia. Me indicó que: “de él, sólo puedes conseguir una consulta para psiquiatría o para psicología; “ni quiera merece la pena que te haga una resonancia, ¡si puedes abrir la boca mejor que yo!”. Me indicó que él no estaba para perder el tiempo. Sin preguntarme qué me suponía abrir la boca, me envió a casa tal cual, pero antes decide darme “un consejo: mira hija, tienes dos opciones, hacerme caso creer en lo que te digo, o convertirte en una peregrina de la seguridad social, hasta conseguir que te mientan y te digan lo que tú quieres que te digan. Nadie podrá arreglar tu problema”. Seré sincera, como pocas veces me pasa, me quedé sin palabras. Pero no por lo que imponía este sujeto sino porque en realidad por imponer no imponía ni respeto y no merecía perder el tiempo con él, me quedaban otras alternaba de especialista/s. Sinceramente este sujeto carencia de profesionalidad, de humanidad llevada al punto de la altanería y vulgaridad. Con el paso de los meses no sé por qué motivo me quedo sin poder abrir la boca. El dolor y la contractura se apoderaron de mi cara por unas semanas, apenas si podía comer. Mi segundo botón, me cuenta el mismo discurso, sólo que con un poco más de respeto pero con mucha “gracia” que más bordeaba la ironía y carencia de humanidad. También pretendía mandarme a casa con las manos vacías. Este botón tampoco comprendía por qué en éste caso una médico especialista en medicina física me envía a un cirujano máxilo facial. Deduzco que ambos sujetos no sólo no sabían leer, ni escuchar, ni ver…, ya que ambos en diferente tiempo y espacio estaban ensimismados en un mismo monólogo; estaba demás que yo intentase explicarme…; frente a este espectáculo gratuito, con el segundo botón decidí exigir respeto a mi persona y ser tratada con dignidad. Me parecía demasiada poca vergüenza por parte de éstos sujetos que me tratasen como una cosa “paciente” que tenía que acatar lo que el dios cirujano máxilo facial decía dentro de su necedad carente de toda ética profesional. ¡Qué lástima! Lo tuve que amenazar. Le dije “o me explora y realiza el estudio que indica la especialista o le pongo una carta de reclamación”. Todo seguido como si nada hubiera pasado me dice: “decide, ¿carta de reclamación o resonancia?”. Mi pregunta es: ¿es necesario llegar a este nivel tan bajo y hasta mezquino con alguien que ha olvidado que trabaja con persona y sobre todo, que él también ha de ser persona? Sigo preguntándome, ¿Saben los especialistas de la Seguridad Social cuál es la función de un cirujano máxilo facial a la hora de valorar una dolencia de ATM? ¿Saben que hay un especialista en ATM? ¿Por qué se piensan los cirujanos máxilo faciales que todo “paciente” que les llega ha de ser directamente para pasar por cirugía? Y si lo saben, ¿de qué se quejan? ¿Será acaso que tanto mi presencia como la de muchas otras personas son para justificar su sueldo cuando no están en quirófano? Acepto más preguntas y experiencias.
Isabel Gómez

viernes, 7 de noviembre de 2008

PARA LOS QUE SUFREN...

Como el mar que con su oleaje esculpe las costas, así el dolor esculpe el carácter en el hombre. Sabía la naturaleza, que por sus orillas filtra lo que el mar no necesita. Más sabio el ser humano; quién además de padecer dolor, filtra desde su experiencia el cómo rehacerse así mismo. Isabel Gómez

lunes, 3 de noviembre de 2008

¿POR QUÉ DECIR QUE LA VIDA ES UN SIN VIVIR?






LA VIDA ES LA OPORTUNIDAD QUE TIENE EL SER HUMANO PARA CRECER EN TODOS SUS ESTADOS, DE SER FELIZ Y REALIZARSE COMO TAL.

Cuando se emplea esta expresión, ¿la persona es consciente del estado en el que se encuentra físicamente, psicológica y emocionalmente, o incluso espiritualmente?
Es triste reconocer que esta frase expresa desesperanza, renuncia a la vida, falta de motivación, rencor con sí mismo, abandono a las circunstancias…, rendirse a la pasajera o aleccionadora adversidad.
Esta frase, no es más que la manifestación inconsciente que se suele expresar la persona para indicar su estado ya de ese momento o de una etapa concreta de su vida.
Pese a todo, es una expresión real, pero que destruye inconscientemente todo el esfuerzo que la persona hacer por sobreponerse a la adversidad, o simplemente por vivir.
En resumen, esta expresión atenta contra la dignidad de la persona, limitándola a experiencias básicas, intrascendentes, que requieren poco esfuerzo, que justifica sólo lo que se valora como buenas experiencias, no considerando, ni tan siquiera, las experiencias satisfactorias (que no siempre se corresponden con la expectativa personal).
¿Qué hacer entonces?Recordar que el fracaso existe.

  1. Recordar que la vida es para vivirla.


  2. Recordar que el fracaso existe.


  3. Evitar rendirse ante situaciones adversas, ya que sólo son una situación o en el peor de los casos una etapa en la vida, por la cual se ha de pasar para tener una nueva experiencia o crecer en ella.


  4. Tener claro que, cada acción acarrea consigo una consecuencia.


  5. Si se quiere consecuencias positivas y además satisfactorias, se han de saber dar los pasos oportunos. No digo correctos, sino OPORTUNOS.


  6. Se han de tener objetivos, claros, flexibles, acordes a las posibilidades de cada persona, cuyos resultados sean apreciables por ella misma y los demás.


  7. He dicho apreciables, mas no, evaluables por los demás.


  8. El único que puede hacer auto-valoraciones sobre el esfuerzo que hace para llegar a una meta, es la persona misma. Porque sólo ella sabe lo que le ha costado conseguirla y el esfuerzo y renuncias que le ha costado.


  9. El llegar a una meta, no es sino, sólo el inicio de otra.


  10. El esfuerzo que hace la persona por llegar a la meta marcada, es lo que la hace a la digna, ya que es la persona misma, la que se está esforzando por conseguir sus objetivos día a día.


  11. El esfuerzo que hace la persona para conseguir sus objetivos, le llevan a experimentar situaciones a veces satisfactorias y otras veces insatisfactorias, pero siempre le dejan mínimo, una nueva experiencia sobre la cual continuar creciendo como tal.


  12. Se comienza a dar de un proceso de ensayo error, tras el cual la persona aprende la mejor manera para conseguir lo que se quiere.


  13. También se puede decir, que comienza a reconocer e interiorizar, estados positivos, y poco a poco va aprendiendo cómo llegar a ellos.


  14. Así va aprendiendo a mantenerse en estado de satisfacción por periodos más largos, además aprende a manejar los estados emocionales que le generen sensación de frustración, a eliminar de su mente pensamientos negativos, que no le conducen a ningún sitio, quedándose sólo con lo mejor para sentirse bien.


  15. La persona está en continuo aprendizaje en todos los sentidos de su vida. Por ende, todo aprendizaje es válido.Nadie, ni la persona misma, tiene derecho a destruir o despreciar lo aprendido.

En conclusión, la vida, se ha hecho para vivirla y vivirla dignamente.
Porque el querer vivir con dignidad, está en manos de la persona misma.
Isabel Gómez.
Foto: Playa de la Barcelona en invierno y de noche
Autora: Isabel Gómez Castillo

sábado, 1 de noviembre de 2008

LA GENÉTICA, NO DETERMINA CÓMO SE HA DE SENTIR LA PERSONA


Dicen que la vida hay que tomársela con filosofía o con humor.
Yo he optado por más, ya que no sólo existe la adversidad ante la vida, sino también la felicidad en la vida. Por lo tanto, la vida me la tomo con: filosofía, humor, respeto, milagro, admiración…
A qué viene esta meditación; viene a colación de lo que algún día, me dijese un dentista francés con muy buena voluntad, mientras me atendía: “¡Ah!...tú sí que estás mal hecha”.
Se refería a mi boca, sobre todo a lo que él entendía como la parte más importante de todo nuestro soporte óseo, que vienen a ser los puntos de articulación máxilo-faciales.
En ese momento no pude identificar lo que sentí ante tal expresión, considerando más aún, la gratitud y respeto que su persona, trabajo y profesión me merecían.
Casi diez años después, puedo identificar bien la emoción que en ese momento sentí: ¡alegría!
No he perdido la cabeza, ¡no! siento alegría, porque, verdaderamente esta malformación genética me acarrea muchos problemas de salud y por ende mucho dolor.
Todo el dolor que experimento, en muchos casos es demasiado intenso y crónico, este dolor ha hecho que con el paso de los años, aprenda a vivir la vida con mucha dignidad.
También ha hecho que viva la vida con autoridad, ya que sólo entienden del dolor quienes lo padecen en cual quiera sea sus manifestaciones.
Por ello quiero concluir, no toda nuestra vida depende de la genética.
Mucho de nuestra vida depende de nosotros mismos, de cómo decidamos vivirla, de cómo decidamos mirarla; pero al fin y al cabo somos los únicos que podemos vivirla.
Nadie puede y ni debe vivir la vida por otro, ni dejar que la vivan por nosotros.
El dolor dignifica a la persona, la genética también se puede mutar si la persona no se rinde a ella.
Isabel Gómez
Foto: Una Mariquita, del parque de Collserolla, en San Pere Mártir
Autora: Isabel Gómez Castillo