miércoles, 1 de abril de 2009

PLAZA E IGLESIA SANT FELIP NERI, TAMBIEN TESTIMONIO DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

Hace unos años, paseando por el barrio Gótico de Barcelona, a pocas calles de la plaza de la Catedral y la plaza de San Jaume , en dónde se sitúa el palacio del Ayuntamiento y la Generalitat, llegué a una plazoleta que me dejó una sensación extraña casi macabra, era la plaza Sant Felip Neri.
En medio, una fuente, delante de ella la terraza de un restaurante con muchos turistas. En la esquina, un zapato gigante, señal que ahí se sitúa el museo del Zapato, y al lado, una callejuela estrecha que parecía un viejo y tétrico callejón sin salida.
Con el paso del tiempo, me enteré del valor histórico de este recoveco de la bella y curiosa ciudad de Barcelona antigua, en dónde durante la edad media yacía en este terreno un cementerio.
Lo que más me llamó la atención fueron las paredes de dos laterales de la plaza, parecían ser de buen cimiento; aunque agujereadas o golpeadas, lúgubres…, dejaba en evidencia de que ahí había acontecido algún hecho siniestramente inolvidable, vestigios que la memoria histórica ha de recordar para que evitar se repitan los mismos acontecimientos.










En uno de los laterales de la plaza, se sitúa la fachada de la Iglesia barroca Sant Felip Neri construida entre los años 1721 - 1752, cuya puerta cerrada de cal a canto, guarda uno de los momentos más dolorosos de la historia de la ciudad durante la época franquista cuando toda España vivía su devastadora guerra civil.
En esta plaza, el 30 de enero de 1938, tras uno de los 385 ataques aéreos que asolaron la ciudad, murieron 42 civiles, siendo muchos de ellos niños, que acudían al refugio antiaéreo situado en uno de los laterales de la Iglesia de la plaza.
Hoy 01 de abril se conmemora los 50 años del cierre de un fatídico capítulo de la historia de de España: la culminación de la Guerra Española que muchos catalanes la recuerdan como el preámbulo de la segunda guerra mundial, en dónde ciudades como Barcelona, sirvieron campo de pruebas de los armamentos que posteriormente harían servir las potencia mundiales que participaron en la misma.
Mi recuero especial a las víctimas de lo inefable, de lo indigno; víctimas de la arrogancia, vanidad y prepotencia del hombre mismo. Para que tengamos siempre presente que las vidas ya forjadas también merecen la oportunidad de continuidad, porque la inconsciencia de creer tener la verdad haciendo abuso de la autoridad y del poder no merecen precios tan altos como la tortura, el exilio, o la pérdida de ninguna sola vida.
Isabel Gómez
Fotos: Todas de la Plaza San Felip de Neri.
Autora: Isabel Gómez Castillo

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