viernes, 27 de mayo de 2011

DESDE EL SILENCIO

Conseguir silenciar para realmente oír, es un reto; una laboriosa tarea que requiere compromiso, mucha fuerza de voluntad más que esfuerzo.
El dejar de escucharse a uno mismo, da pié a que la voz propia se apague por unos instantes para poder recién contemplar lo que alrededor hay.
Entrar en un estado de silencio es toda una experiencia personal, por lo que quienes la experimentan por una vez, lo desean repetir. Es recién cuándo el ser humano es consciente de todo lo que es así como de lo que le rodea a su alrededor. Es recién cuándo la persona despierta, comienza a descubrir y descubrirse cual niño pequeño que empieza a explorar por primera vez su entorno, su mundo.
Es sólo en este estado en dónde el ser humano puede ser capaz de saberse realmente existente por sí mismo por lo que sólo a partir de aquí que puede recomenzar un nuevo camino en su vida, teniendo en cuenta que el rumbo elegido se flexible a cambios por lo que requerirá readaptaciones a nuevas realidades que con armonía interior las ha de abordar.
Esta experiencia, es exquisita; bien merece la pena vivirla con mucha honestidad y compromiso personal.
Aunque no lo parezca la recompensa interior es invalorable dejando nuevas maneras de ver así como el de percibir el mundo y a quienes lo integran, las propias experiencias y la de los otros.
Isabel Gómez

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