martes, 31 de diciembre de 2013

PACHACÁMAC, RESTOS ARQUEOLÓGICOS EN MANCHAY BAJO

El distrito de Pachacámac, situado en la Provincia de Lima, alberga diversos anexos a los que se corresponden distintos poblados.

En uno de lo poblados rurales, denominado Manchay Bajo, yacen unos restos arqueológicos que datan de 2000 a 500 años de antigüedad a.c

En donde está la señalización de dichos yacimientos, sólo se pueden encontrar escombros de lo que algún día fue parte de toda una civilización emergente entre las montañas rocosas y arenosas que se levantan en pleno arenal del sur de la ciudad de Lima. Sin embargo, a pocos metros, en dirección al poblado de Picapiedra casi colindando con dicho poblado) siguiendo el camino hacia el centro de Pachacámac, se encuentran unos restos que probablemente sean la parte que sí se ha podido rescatar y restaurar para ser visitadas dejando a los ojos del turista unas vistas paisajísticas hermosas de tanto del mismo poblado como de poblados aledaños.

Estos restos arqueológicos como muchos otros, que bien merecen ser visitados, requieren también una conducta cívica por parte de sus usuarios para procurar la mejor conservación de lo poco que se ha podido restaurar.

Considero que la riqueza de esta zona radica no sólo en su historia y en lo poco que se pueda aún argumentar sobre ella, sino que también en ella se puede apreciar parte del valor geológico así como antropológico que dichos restos conservan.

Las siguientes fotos, son sólo un ápice de lo que puede dejar de agradable a la vista una visita a este pequeño rincón rural y monumental que en su seno alberga el denominado Valle Sagrado de Pachacámac, cuya ley, 23614 considera  a dicho distrito como el primer distrito turístico y ecológico del Perú, así como una de sus capitales gastronómicas de la ciudad de Lima.

Este es un rincón para conocerlo, apreciarlo y respetar en él todo su entorno.














María Isabel Gómez Castillo

Fotografías de María Isabel Gómez Castillo

Gracias Irina por las fotos que tanto cariño me has realiza en este corto pero intenso recorrido turístico por el poblado de Manchay Bajo, situado en Pachacámac, Lima, Perú, el día 26 de de Diciembre del 2013-12-30 
Isabel 

martes, 24 de diciembre de 2013

UN 24 DE DICIEMBRE, DE LA VIDA HACIA LA VIDA ETERNA: VÍSPERAS DE NAVIDAD Y MI MADRE


De este día tan especial como el que celebramos hoy todos los que católicos y creyentes en la Navidad, deseo recoger el signo que en él también se representa como es la vida; un signo de alegría porque lleva consigo la esperanza, de luz, de amor como respuesta a un exquisito acto de amor.
Si Dios Padre nos ha amado siempre que ha permitido que hoy celebremos el nacimiento del Niño Jesús, también con su nacimiento, nos invita a creer y esperar con que llegado el momento dado, tras haber cumplido nuestro cometido en este mundo, y que, habiendo sido recogido por Él, aún tendremos vida: La Vida Eterna.
Este día, siempre será para mí un día especial no sólo por ser víspera de la Navidad, sino, sino porque, desde 1992 toma un sentido más profundo en mi vida en donde no sólo celebro con júbilo la llegada a este mundo, para quedarse siempre entre nosotros Jesús, el Hijo primogénito de Dios Padre, sino que también celebro la esperanza de de la Resurrección de los Muertos que también vida, signo de Vida Eterna.
En un día como hoy, un 24 de Diciembre del año 1992, al medio día como fruto de una parada cardiorespiratoria por secuelas que ya arrastraba su cuerpo fatigado por el dolor y cansado de la por diversas afecciones físicas que le había desarrollado como causa de la diabetes que la afectaba desde sus 16 años de vida, mi madre, doña Julia Isabel Castillo Puccio, conocida como Chabuca era recogida por su creador a quién ella tanto amó y suplicó para pasar con dignidad y alegría cada penumbra de su vida.
Era una mujer seductora por naturaleza, bella por dentro y por fuera cuya belleza eclipsaba y anulaba cualquier defecto caracterológico.
Recordada familiares que verdaderamente la estimaron y que sigue siendo un mito familiar, así como por amigos de la familia y vecinos por lo trabajadora que era, impetuosa, fuerte física y psicológicamente, creativa, dadivosa hasta con los desconocidos, estricta, querendona, supo mantener hasta el último momento de su vida en silencio del dolor que padecía. Casi ciega, sin que nadie intuyese ni siquiera que ya no era capaz de ver, hacía por sus hijos, hermanos, amigos y vecinos todo tipo de esfuerzo con tal de que a nadie, le faltase nada de lo que podía considerar indispensable.
Una mujer acogedora, risueña, de carcajada fuerte y abierta, intuitiva al punto de traspasar el alma de las personas para saber marcar las distancias correspondientes e incluso adelantarse a algunos acontecimientos, es así como la recuerdo ahora, porque es de esta manera como muchos que la conocieron así la recuerdan.
Mano bendita para lo cocina de exquisitos gustos y mujer de buen gusto, algo caprichosa y engreída por quienes ella deseaba dejarse querer, así era.
Hoy, para mí, es un día de alegría lejos de ser de nostalgia; porque en la fecha ya señalada, concluyó su agonía que la acechaba desde hacía décadas, y, aunque murió relativamente joven, alcanzó la sabiduría propia de una mujer que más que vivir la vida, la vida la vivió desde su corta infancia.
Es en esta fecha señalada, en doy gracias a Dios Padre por haberla recogido para que descansase por fin en paz. Ella solía decir que para dormir, ya lo haría para cuando le llegase la muerte. Pero si dormir eternamente es signo de esperanza de una vida mejor, entonces, bendito sea este día en que por primera vez creí en la auténtica vida por experiencia propia y que, recién sólo ahora, ya en mi madurez por las experiencias que la vida me ha concedido pasar puedo admitir y reconocer. 


Para ti mami, la rosa que nunca te pude dar en vida.
Descansa en paz. Te llevo en mi corazón.


Soy fruto de tu coraje y tesón. 
María Isabel Gómez Castillo

miércoles, 18 de diciembre de 2013

AMIGOS PARA TODA LA VIDA


Existen experiencias gratas así como agradecidas, sobre todo las que se experimentan durante la niñez o la juventud y de las que surgen como fruto de ellas amistades sólidas que van madurando en el tiempo con las personas a través de sus experiencias.

Estas amistades que vencen la inclemencia del tiempo, de la distancia, de la ausencia, que se mantienen en comunicación constante pese a un aparente pero circunstancial silencio, son las que perdurarán pase lo que pase porque hay respeto, verdadero amor por tanto por parte del uno como del otro expresado en el trato exquisito sincero que ambas personas o más puedan mantener.

De estas amistades, y, porque no decirlo, de estas experiencias, también son contadas porque situaciones especiales que se dan en contextos y circunstancias que señalan, que fijan, que marcan la relación.
Aquí, de lo que se trata es lo auténtico y de ser auténtico tanto el uno como el otro así como la una con la otra persona.

Es diferente a tener una relación únicamente de camaradería, que responde a un momento circunstancial y a una etapa de la que se puede conservar de ella con gratitud el aprecio recibido y el cariño brindado así como cualquier otra necesidad cubierta por ambas partes tanto para el uno como para el otro.

Ésta, es una experiencia especial, por ello, para quienes la vivan, le invito a conservarla y a retomar vínculos que sí merecen la pena ser retomados más aún cuando de por medio se ha dado el perdón.

De tener este añadido, como es el perdón, a una experiencia de amistad, en la acción de reconciliación, es en donde se podrá valorar más aún desde la ausencia y el silencio transcurrido el verdadero cariño y compromiso que ambas personas se puedan profesar.

Porque insisto, el tener un amigo, es haber hallado un tesoro. Y, como todo tesoro, ha de ser bien conservado y se es reencontrado, más aún esforzarse en preservarlo otorgándole los mimos y cuidados necesarios bajo una mirada serena, segura, transparente, inocente, que prevenga la nuevamente la confusión y se de una y definitiva pérdida.



María Isabel Gómez Castillo 

martes, 17 de diciembre de 2013

AMISTADES


Llegada una etapa en la vida de las personas, el consolidar nuevas amistades, sobre todo duraderas, leales, que se perfilen como para lo que resta de vida, es complejo, no obstante, no es imposible.


Una de las virtudes en el resurgir una verdadera amistad, es que ésta, se basa inicialmente en la inocencia la que de seguida se vuelve espontáneamente una experiencia cálida, afable, sincera, honesta tanto en las circunstancias óptimas como de dificultades. Es una experiencia solidaria que entraña y conlleva el cuidado del uno y del otro u otros.

Cuando se es adulto, por las mismas experiencias a las que ha estado sujeta la persona, esta candidez se ve difuminada ante la perspicacia, que es justo lo contrario a lo que entraña la inocencia.

La experiencia de crear una nueva amistad, pasa por todo un ritual.

Se mantienen ciertas distancias mientras se va creando el clima de confianza. Tanto uno u otro suelen observarse, aunque a veces, de manera intuitiva uno observa más que el otro para poder encontrar sus similitudes, sus diferencias, establecer los parámetros de distancia y reservas propias que cada quién se conserva únicamente para sí mismo o para unos pocos elegidos, que rara vez llegan a ser descubiertos salvo alguna situación lo evidencie.

Ante esta experiencia, en donde la inocencia, pasa a ser un tesoro, como virtud a recuperar, la amistad se percibe aún en un estado de instauración de un nuevo ciclo en las relaciones sociales del ser humano.

Esta relación puede prosperar si como mínimo una de las partes cede a ver con una mirada limpia, transparente, inocente al o a los otros y se puede mantener mientras las condiciones básicas se den, como es el respeto, la fidelidad, la sinceridad, así como la serenidad generen armonía en la relación durante el transcurrir del tiempo.

Por lo tanto, conseguir una verdadera amistad, viable de poder ser cultivada por la afinidad que entre las personas se puedan dar, es un lujo en determinadas etapas de la vida, sobre todo si ya se ha llegado a la madurez de la vida.

De ser así, encontrar una nueva amistad que sea digna de conservar,  por la que merezca la pena postergar y reeducar la expresión de los rasgos temperamentales propios así como adaptar los rasgos caracterológicos al ser individual que se tiene delante y por el que se está invirtiendo tiempo, energía, cariño,  para entablar un vínculo aún más sólido, constituye una experiencia enriquecedora en donde esta experiencia con aquel ser especial, sí que pasa a constituirse en un auténtico tesoro. 









María Isabel Gómez Castillo

sábado, 14 de diciembre de 2013

LA FELICIDAD


La auténtica felicidad es la que contagia, es la que anima, aunque también (a veces), es la que duele y se vive a solas, desde el silencio y muy en el interior del ser humano ya que cada quién, tiene su forma, su manera de sentirla así como de expresarla.

Por ello, siendo cada uno es un ser individual y especial, a lo que menos ha de temer es a los denominados “cambios” o al dejar de “ser” como les gusta “ser”.

Cuando aquel temor se pierde en la persona, comienza a entrar en una nueva etapa de disfrute de la vida.

El que hace que la persona se arraigue tanto a una negativa para madurar, en muchas ocasiones es el estado de incertidumbre que genera un aparente cambio. Es el temor a lo desconocido. Por lo que, a más inseguridad en su ser, más resistencia a crecer y desarrollarse. Cuantas más justificaciones, más temores; cuanto más expresiones que señalen que seguirá siendo igual, es mayor el sufrimiento que en silencio lleve aquel hermoso ser que en su interior se esconde para defenderse y aferrarse a lo aparentemente seguro: su realidad. Realidad que siempre se puede mejorar.

Invito a vivir con apertura al crecimiento y desarrollo a nivel personal, una experiencia segura de estados plenos de felicidad, los que, aunque sean o parezcan pasajeros, de cada uno dependerá sostenerlos en espacio y tiempo para salud integral, la que, no sólo es una etapa de la vida, sino también toda una experiencia de vida.

Hoy, les invito a decir adiós a la amargura, pesadumbre o frustración, para iniciar un ciclo de nuevas experiencias que llevan a la serenidad interior, a la seguridad, a la confianza personal y en la de los demás, que llevan a un estado íntegro de autorrealización.

María Isabel Gómez Castillo



Fotografías de Margarita Chilcón

viernes, 13 de diciembre de 2013

LA BELLEZA, ¿EN DONDE RADICA?


Ante una pregunta como la de: ¿En dónde radica la belleza?, mi respuesta siempre será en el corazón. En el alma que pocos consiguen ver de ver de verdad, en la esencia del ser que es capaz de transformar a otro ser con su sola presencia, despertando aromas, sensaciones jamás experimentadas.

Es lo sublime que se guarda cada ser como preciada joya para ser expuesta sólo para el que la sepa apreciar, valorar y cuidar.
Es una riqueza contenida, por ello, siempre está sólo al alcance de muy pocos, generalmente de los seres sedientos, sencillos de corazón para poder alcanzar el néctar que brinda el auténtico alimento que preserva la belleza y con ella la vida.

Así de sencilla es la vida. Ser uno mismo y saber ver las joyas de quienes nos rodean.

María Isabel Gómez Castillo



Fotografías de María Isabel Gómez Castillo 

jueves, 12 de diciembre de 2013

CAMBIAR O SEGUIR IGUAL. EL DILEMA DE LA PERSONA


Entre una de las curiosidades que me encuentro ya no sólo a nivel de consultas psicológicas, sino en los diálogos cotidianos con las personas, es el señalar que no quieren cambiar. Que están bien como están, que no saben qué cambiar o por qué y para qué.

Lo curioso, es que en psicología (desde mi experiencia profesional y por que no, también personal), es que las personas no cambiamos en nuestra esencia, sólo maduramos, para crecer y desarrollarnos aún más en todo nuestro ser para ser sencillamente  Más.

Una de las resistencias al supuesto cambio, es sólo una resistencia al inicio de una etapa de crecimiento y desarrollo  integral que puede llevar a la persona aprender a vivir mejor en medio de cada una de sus realidades, así como con plenitud, un auténtico estado de felicidad basado en la armonía interior en concordancia con y de su ser individual y  natural con su entorno social.

Ante la opción de madurar personalmente, está la realidad de  ampliar la visión de la vida, de disfrutar con mayor libertad de cada una de las experiencias que la misma brinda, sean estas positivas o negativas para crecerse ante cada una de ellas.

Aprender de los fracasos y disfrutar al máximo de los logros, es una de las experiencias maravillosas a las que conlleva esta predisposición a madurar, siguiendo el “ser” en su esencia sin que en realidad cambie nada, sino que, simplemente se crezca aún más desde la auténtica serenidad y sinceridad.

La persona teme perder su carácter, olvidando que es el temperamento un factor genético que siempre liderará sus acciones, mientras que es el carácter (el que es más plástico), es que se puede reentrenar para aprender a vivir estados de auténtica felicidad y para ello, sólo es necesario tener disposición para madurar, así de sencillo. 

María Isabel Gómez Castillo

Fotografías de María Isabel Gómez Castillo