lunes, 2 de febrero de 2015

COLOR DE LA VIDA

Observar y poder detener el tiempo para con paciencia apreciar los regalos que nos da la naturaleza en plenos caminos urbanos, es todo un privilegio en los tiempos que corren.

Es robarle tiempo a todo,  menos al mismo tiempo que permite contemplar en vida la vida.

Se convierte hasta en un acto de amor, el reflejar la belleza de la naturaleza fuera de su espacio, ya que es un compartir la gracia de vivir, al extender aquella placentera experiencia para nuevamente ser feliz.

Reportaje fotográfico de:
María Isabel Gómez Castillo

















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