lunes, 23 de octubre de 2017

Vida


Soy amante de la vida
tras haber sido antes su amante.
Ella me eligió.
ahora, la elijo yo.
Entre ingenuas alboradas 
e intuitivos atardeceres aterciopelados.  

Cuando pensaste que me consumías
Vida,
pasé a consumirte
entre Constelaciones desconocidas
que aguantaban mis fatigados pálpitos.

En sonrisas ingenuas
esperaste mi alma flagelada,
para consolarla
con Lirios de Diciembre
como los que florece para María.

Vida,
ya no me vives
pero tampoco me dejas vivir.

Reduces mi descanso a amables gozos
de almas cándidas,
que se apropian
de mis abrazos y besos,
los que retornas 
en sensaciones de paz.

Ahora es tarde
para no amarte
Vida,
porque te abriste paso
entre nubes negras y espesas,
para permanecer
como tenue niebla
que escampa necesaria
en frondosas Selvas vírgenes.

Vida,
fui tu amante sin desearte
ahora te vivo deseándote.

María Puccio.
Fotografía: de María Puccio

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