jueves, 16 de noviembre de 2017

A Barcelona

¡Oh...!, mi Barcelona amada.
Cuando te dejabas ver libre y hermosa.
Ahora, te veo desde la distancia, cercada, forzada en tu aparente libertad; gris haciéndote espacio con prudencia entre nieblas grises para conservar tu esencia. Pero con tu espíritu libre, tú misma te pintas de los colores que mejor te asientan y cubres tus paisajes naturales con paisajes humanos inéditos, únicos, inesperados, que te dan pinceladas con matices de cálido sentir. Así, vuelves a mi mente recreándote y regocijándote en ella.
Te reconstruyes segundo a segundo y contigo, sigo en ti.
Me haces soñar, mientras en ocasiones en silencio te lloro, te añoro, porque te estimo, porque es lo que me enseñaste te verte libre, muy libre, independiente, muy independiente, solidaria, fuerte, muy fuerte, segura, decidida, amante de la paz y de los derechos de los pueblos y de las personas.
Hoy, te sueño de vuelta, viéndome tú, desde lo alto, así como me permitías verte y contemplarte desde Collserola, tu montaña predilecta.

Hoy, te revivo, porque tú, sigues viviendo en mí. Con tus historias, tus personajes, tus paisajes, tu gente.
Isabel. 

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