Hay momentos, que en la vida de la persona, se desarrollan: sensaciones, sentimientos, emociones, encontradas entre sí; curiosamente, a veces, contradictorias unas con otras.
Ésta situación, genera en el ser humano, inestabilidad, y depende de su capacidad emocional para gestionarlas.
Para que la persona, salga airosa de una posible situación de conflicto, tanto interna como externa, será necesario que aprenda a menajar cada una de sus emociones, primero a nivel interno y luego a nivel externo.
Para que la persona, salga airosa de una posible situación de conflicto, tanto interna como externa, será necesario que aprenda a menajar cada una de sus emociones, primero a nivel interno y luego a nivel externo.
Cuando el conflicto interno, pasa de ser racionalizado, a ser proyectado y experimentado en el entorno, puede decirse que hay riesgo de entrar en conflicto con los demás. Es aquí, cuando el equilibrio de las relaciones sociales peligra.
Por ello es imprescindible estar alerta en los pensamientos y sentimientos, que intervienen e interfieren en el entorno, así como tener en cuenta el espacio vital de cada una de las personas que rodean al ser humano, para prevenir entrar en conflicto con las mismas.
Lo más importante, aprender a vivir en armonía con uno mismo. Isabel Gómez
Foto: Derecha, Cielo de Castelldefels
Foto: Izquierda, Parque de Collserolla
Artora: Isabel Gómez Castillo
1 comentario:
Interesante entrada, yo diría mas, lo importante es saber valorar las cosas pequeñas y conformarse con lo que tenemos, así las envidias y malos modos no asoman en nuestra vida. un saludo amiga
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