jueves, 9 de agosto de 2018

Abrí las puertas


Abrí las puertas a los Trinos Solos

de los Yaravíes
que sin Tonderos lloraron los Tristes
en las fugas
de un truncado encuentro.

Abrí las puertas, a besos no habidos
y a noches de insomnios cóncavos.

¡Abrí las puertas…!,

Abrí las puertas,
a las miradas anochecidas,
de úteros negros,
jubilados
rendidos en el tiempo
y fundidos en el fango.

Abrí las puertas,
 a los llantos de las guitarras,
a los tums tums del Cajón,
que acompañaron
a los amantes desvergonzados
de vagones con distinta ruta y destino.
.
Y…,
¡abrí las puertas!
al hilo de la vida
contenida en un estómago,
para abrir las puertas,
a la infancia
que aún en cofre conserva
 la castidad y Resiliencia.


María Puccio
Fotografía de María Puccio

domingo, 5 de agosto de 2018

La vida


Coronada por Galaxias,
la gravedad reclama justicia
mientras la voluntad
se doblega al tiempo,
llana en su ímpetu.

Ni tan sólo se es Eclipse de Luna,
sólo se es Luna Nueva.
Es entonces,
cuando Júpiter y Marte,
vigorosos amos de la noche,
reinan en medio de las azabaches despedidas

sin bienvenidas a la esperanza.

Sólo silencios provocados,
trasladan los ecos del friccionar del tren
que a su paso por las páginas de la vida,
vuelven el tiempo
a sus brazos,
otorgándole de regalo,
un viaje de despedida.

María Puccio
Fotografía de María Puccio

viernes, 3 de agosto de 2018

Entre Anubis y Osiris

Y de vuelta a la infancia,
con la libertad del viento.

Entre sonrisas resplandecientes
y vivaz mirada pura,
reaprendiendo a vivir
mientras contemplaba a la experiencia
como si fuese novedosa,
la Vida,
dormida e ingrávida,
fue la protagonista.  

Y una vez más me visitaste, Anubis,
dejando atrás los puertos
de la incerteza.

Me mostraste
tus pasos hacia mi encuentro,
las espadas de tus luchas,
los túneles del camino a la nada,
los puentes del vacío y del sosiego
ausentes de precipicios,
plenos de bienquerencia.

Y regocijé mi descanso
entre pétalos
de Tulipanes negros,
mientras de decías:
Osiris…,
Osiris…,
Osiris…

Esta vez,
añoré tus besos
y tus caricias Anubis,
con las que me sedujiste
por primera vez,
en una tarde de aquel año:
del año del pasado sin memoria  
y del presente socavado.

Sin tus labios que me diesen la bienvenida
me dejaste partir,
sin llanto…,
sin lamento…,
entre la ingravidez del espacio
que me volvió al finito.



María Puccio
Fotografías, de María Puccio

miércoles, 1 de agosto de 2018