Es un espacio calmado en dónde sólo el ruido de los aviones que pasan casi cada 30 segundos próximos al aeropuerto del Prat de Barcelona, consiguen irrumpir en la paz y sosiego en la que muchas aves pasan cada año por estas calmadas aguas.
Estas aguas, han sido tratadas previamente por la Depuradora del Prat de Llobregat pasando a formar parte de alguna de las lagunas artificiales dan cobijo a centenares de especies migratorias especialmente durante la temporada de invierno.
Algunas de estas especies de aves y otras ya en gambadas más pequeñas, suelen de darse a pasar una tras otra temporada por la temperatura propia de la zona, habituándose finalmente al nuevo ecosistema que las acoge.
Por ello es importante cuidar este espacio que forma parte del Mediterráneo, cuidando sus aguas y todo lo que a las mismas rodea, desde la parte alta del río Llobregat.
Esta reserva natural tiene el privilegio de encontrarse entre dos tipos de fuentes de agua: la dulce procedente del río ya mencionado y del mar que bordea toda esta parte de la costa del Barcelona.
Es un rincón que merece la pena conocer, pasear por él solicitando en todo momento sea respetando su entorno paisajístico acogedor de diversas especies de animales muchas de ellas autóctonas de la zona, así como su vegetación, también autóctona.
Isabel Gómez
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