lunes, 19 de enero de 2009

PACIENTE, ¿PACIENTE?

Es cierto que paciente es el que padece algo y requiere asistencia médica. También es cierto que la persona tiene derecho a un servicio sanitario justo y digno. Es cierto que no toda la población hace uso ordinario de los servicios que ofrece la sanidad pública, excepto personas que padecen alguna enfermedad crónica y requieren un servicio continuado. Mas cierto es que las personas que acuden a los servicios sanitarios aportan con las descripciones de las sintomatología que presentan, nuevos datos para que los diferentes profesionales del sistema sanitarios realicen estudios y desarrollen las estadísticas que cada años publican en temas de salud. Gracias a las personas que hacen uso continuo o intermitente de los distintos servicios que ofrece el sistema sanitario, los médicos y en general cualquier profesional de la salud, tiene la opción de poner en práctica las diferentes teorías que han aprendido a la largo de algunos años de estudio o de investigación. Es más, pienso que gracias a los datos que aporta el usurario, es posible realizar las distintas investigaciones que se dan no sólo en el ámbito sanitario, sino también social, económico, cultural…, incluso antropológico. Pienso que la persona a quién actualmente el sistema denomina “paciente”, como tal tiene poco, ya que es mucho más activo de lo que hasta ahora se pretende hacernos creer: realiza aportaciones económicas para recibir una atención sanitaria, aporta con sus datos confidenciales, pero sobre todo aporta la oportunidad de que la teoría se contraste con la práctica, tanto en el diagnóstico como en el tratamiento. Desde mi punto de vista, ¿qué es lo que falta aprovechar de ésta situación?: que los sanitarios en general, aprendan a escuchar con atención al supuesto “paciente” para realizar adecuados diagnósticos diferenciales ya que nadie mejor que él, conoce su dolencia, sabe qué le pasa, cómo le pasa y cuándo le pasa; más aún cuando la persona sabe expresarse con propiedad, claridad y sinceridad. La persona en muchos de los casos, lejos de recibir una asistencia sanitaria lo que hace es aportar al sistema sanitario con todo lo que arriba menciono. En conclusión: el concepto es correcto, entendible, pero incompleto para la realidad socio - sanitaria de lo que verdaderamente significa ser “paciente” dentro del sistema sanitario; paciente es más sinónimo de pasividad, mientras que la realidad es que la persona usuaria del sistema sanitario tiene iniciativa e interactividad ante los profesionales de la salud, en muchos de los casos; por lo que el concepto “paciente”, queda corto ante las nuevas tecnologías, recogida de datos y codificación de los mismos para dar un servicio a cambio de otro servicio, convirtiéndolo así en un usuario del sistema sanitario. Isabel Gómez.

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