miércoles, 10 de junio de 2009

LA MEJOR EMPRESA: LA VIDA PERSONAL

La vida de cada persona, ha de ser gestionada como una empresa, para que sea productiva, rentable e incluso cotice en el mercado. Por ello ha de ser nombrada, como la mejor empresa. Si hacemos una introspección, la vida de cada uno es una gran empresa. Tiene la opción de producir: ideas, energía, más vida…; sólo se ha de saber gestionar. Para gestionar una empresa tan importante como lo es la vida, hay que tener en cuenta ciertos factores: La visión del conjunto permite establecer objetivos concretos, correctos, flexibles que se ajusten a los tiempos y a las necesidades por las etapas que vaya pasando la persona, teniendo en cuenta de esta manera, una proyección hacia el futuro. En todo momento hay que estar observando los cambios o movimientos que se dan alrededor de uno mismo, para organizar o reorganizar las herramientas individuales, las estrategias, el tiempo y el espacio en el cual haya que desenvolverse. La toma de decisiones en cada paso que se dé, es imprescindible para el éxito de cada acción o como mínimo para la obtención del objetivo marcado. Habrá momentos en que será necesario asumir riesgos, los que han de ser debidamente calculados; se tendrán que asumir con la mesura suficiente como para no olvidar bajo ninguna circunstancia el o los objetivo/s marcados. La formación continua, es un papel importante la empresa llamada vida. Con carencia de conocimientos básicos imprescindibles para la toma de decisiones y la carencia de formación para saber calcular riesgos y medir su impacto, pueden marcar un antes y un después en el proyecto. Es imprescindible recordar que siempre ha de haber coherencia entre los valores que la persona asuma como propios e inherentes a sí mismo y en la sociedad en la que se mueve. Pero hay algo que pese a todo, es lo más importante: La honestidad: el ser honestos consigo mismo es el factor determinante para la consecución del éxito. Saber reconocer, carencias, errores en el proceso, limitaciones, estados de ánimo, posibilidades, aceptar los logros, limitaciones o derrotas, saber reponerse a las mismas, son vitales para mantener a flote la Gran Empresa llamada Vida. En conclusión la vida como empresa, requiere que se asuman riesgos, pero riesgos controlados, calculados y es la autopercepción la que dará el punto límite de hasta dónde, se pueden asumir los riesgos para poder entrar y salir de la empresa sin dejar de ser uno mismo, siendo capaces de verse de verse desde dentro y desde fuera a la vez.
Isabel Gómez

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