Con el paso de los años, y sobre todo con la aparición de la llamada globalización, el sentido de fidelidad a sí mismo, como una virtud en el ser humano, se ha ido perdiendo progresivamente, para ser reemplazado por valores que atentan contra la misma dignidad de la persona como podrían ser: la incredulidad, agresividad desproporcionada y fuera de contexto, extinción de la ética como principio de aplicación a la vida diaria, comunicación unilateral, miedos encubiertos reemplazados por conductas autoritaristas propias de personas inseguras y de baja autoestima.
En estos últimos años, la distorsión de este concepto, que está lejos de la conducta sumisa y subordinada, así como del peloteo, corre el peligro de ser reemplazada, por la practicidad del sentido de supervivencia.
El agnosticismo, está perfectamente justificado con esta ausencia de valor en el ser humano. La lástima, que si sólo fuese en un aspecto religioso, todavía se podría rescatar el concepto en otros ámbitos; sin embargo, la generalización del mismo hacia la vida misma, está convirtiendo a las personas en monstros, escépticos, en mentes vacías que puede, ahora ante la actual realidad económica, comiencen a reaccionar, despertando de una fantasía, para dar lugar a la otra versión de la distorsión del concepto, cuando lo importante, es sobrevivir.
Isabel Gómez
1 comentario:
Yo no diría que se perdió la fidelidad, sino que se están perdiendo los valores fundamentales para una buena convivencia; en toda sociedad hay unas normas de conducta y, según va evolucionando la sociedad estas conductas van cambiando, eso es lo que está pasando ahora, en muchas cosas hemos evolucionado para bien, pero en otras hay personas que se encuentran pérdidas.
Un abrazo amiga.
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