El presente testimonio es representativo para ilustrar sólo en parte la realidad de muchas personas que padecen el Síndrome Químico Múltiple.
Es una realidad que por ahora afecta a un porcentaje bajo de la población, que sin embargo, con las realidades de diversos tipos de contaminación: tanto medioambientales, de tierras de cultivos, alimentos expuestos en los mercados que no indican la verdadera procedencia del producto primario con los que se elaboran los productos finales que llegan al consumidor, el tratamiento de aguas de boca, entre otras realidades que desconocemos; van provocando en nuestro organismo alteraciones metabólicas, intolerancias aparentemente injustificadas en un organismo…, que bien pueden ser síntomas de sólo el preludio de una posible realidad: el desarrollo del SQM, o cualquier otra enfermedad que aún no se haya estudiado o sea desconocida para la medicina y que aún no tenga tratamiento entrando en el grupo de Enfermedades Raras. Estas realidades en un organismo tienen un fuerte impacto en todo el conjunto orgánico de la persona, afectando incluso su entorno social, laboral y persona.
Este testimonio, es valiente, solidario, como lo son el de algunas personas afectadas por este Síndrome que conozco y que han de sobrellevar no sólo el dolor, sino todo un malestar general ante la insensibilidad que aún algunos puedan mostrar al tener conocimiento las necesidades de las personas que padecen la enfermedad.
De ahí, a que deseo solidarizarme con este colectivo, que, conjuntamente con quienes padecemos Fibromialgia y/o Síndrome de Fatiga Crónica, unamos esfuerzos para solicitar que, esta realidad socio-sanitaria, sea asumida por las administraciones correspondientes como una enfermedad reconocida que otorgue a quienes la padecen, una atención digan, justa y sobretodo, humana.
Isabel Gómez
http://www.youtube.com/watch?v=_3whKq6PK2I
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