Una de las virtudes que más me fascinan en el ser humano es su capacidad de vivir la inocencia.
La inocencia vista como aquella capacidad que permite soñar, trabajar concienzudamente hasta hacer realidad un sueño, con la esperanza de que éste puede hacerse realidad, me enternece.
Además de una virtud, lo definiría como un estado en el que una persona puede ver diversas realidades con una mirada diferente a la de los otros, con su propia mirada, con su mirada del alma.
Si entendemos, pensamos o creemos, que el alma es transparente, entonces la inocencia es parte de la consciencia que deja que el ser humano será Ser y no cualquier Ser, sino, el que es capaz de transformar realidades, en visionarlas bajo la atenta actitud que la acompaña como es la esperanza.
Por lo tanto un ser humano que vive la inocencia, es capaz de ver más allá, de trascender realidades para transformarlas en nuevas oportunidades y así un día y otro recomenzar.
Desde hace un tiempo, que me apunte a éste club, ¿Quiénes más desean apuntarse?
Isabel Gómez
Fotografía realizada por María Isabel Gómez Castillo.
1 comentario:
Me encanta esta nota, Isa. Has puesto en palabras lúcidas algo que presiento pero no sabría expresar tan bien. ¡Qué pena que quedan tan pocas personas con la inocencia del alma de un niño! Es más común en los artistas de todos los géneros, no? Apunta a la creatividad. Gracias por compartir tus pensamientos, he aprendido de tí. Besos!
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