Aguerridos, armados hasta los dientes..., se intuía en ellos el temor y dolor, ¡Mmm…!, de aquellos que les llaman emocionales.
Me encontré con sentimientos anclados en la
dureza, prestos para la defensa y el ataque.
¡Me espantaron!, y como mando al frente, sólo me
tocó resistir.
Me sucumbían en vertiginosas emboscadas.
Sólo un intenso y claro sentimiento, podían romperse barreras.
Al inicio actuaban como al unísono, en confusión y
desorden, parecían responder perfectamente al más experimentado director de
orquesta. La sincronía era única, se convertía en la perfecta expresión del caótico dolor humano.
Director, ejecutor y espectador, estaban sumergidos en una misma experiencia
humana: el temor.
Irrumpir súbitamente, hacía necesario toques
de puertas previas, las que, con rápidas negociaciones me permitían que se convirtiesen en las de mi cuerpo aliado.
Eran imprescindibles nuevas estrategias para que todos fluyésemos. Eran necesario, un Tú-Yo-Tú, en vez de un Yo-Tú-Yo. Sin
ello, no hubiese habido acercamiento.
Cada encuentro, era una suma experiencias, de retos, de sensaciones de campañas bien libradas por ambas partes.
¡No sé si ir a una guerra, hubiese tenido el mismo impacto!, al fin y al cabo, sólo se trataba de un grupo de airados adolescentes, quienes perfectos en su rol, demandaban una compañía, un ir juntos, para que desde el silencio, sin juicios previos, el amor y la paciencia extrema los acogiesen en la tan añorada y deseada experiencia.
¡No sé si ir a una guerra, hubiese tenido el mismo impacto!, al fin y al cabo, sólo se trataba de un grupo de airados adolescentes, quienes perfectos en su rol, demandaban una compañía, un ir juntos, para que desde el silencio, sin juicios previos, el amor y la paciencia extrema los acogiesen en la tan añorada y deseada experiencia.
Por fin, cedieron los tiempos. Llegó el momento en que su Presencia con mi Presencia se tornaron una sola protagonista de la historia. Nos hacíamos Seres Únicos con una sola Vivencia. Dejamos de ser el Usted y Ustedes,y fuimos pasando suavemente a ser en
mi Yo, tu Tú, y, en tu Tú, mi Yo. Ya éramos sólo Seres que, de compartir una la historia, pasamos a construir Historia.
Ahora, sólo Somos.
¡Oh,
Seres en que dejáis que el sentimiento
vivo retoñe!.
Hasta
aquí llega una historia, en donde dejo de ser Yo para ser Ellos, y, a través de
esta conjunción, todos somos Complemento.
María Isabel Gómez Castillo
A mis ángeles.
Fotografía de María Isabel Gómez Castillo
Fotografía de María Isabel Gómez Castillo
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