Tenebrosa
negrura,
contigo sucumbí
hacia la ciega ignorancia
hacia la ciega ignorancia
y extenuada
en aliento
yací a la existencia.
Dejé atrás
agónicas experiencias
y entre claridades en las que a tu mirada sucumben,
resurgí al ilusionar de la profunda sabiduría.
Entre
azahares y destellos
amante de la luz
renazco a la certera esencia
a la que un día incumbí.
M. Isabel Gómez C. Setiembre 2016
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