Tus grandes y expresivos ojos verdes
me sucumbieron en un vertiginoso viaje,
que sin retorno,
me llevan contigo
a abismos inciertos,
como los de las Fosas de Kuriles.
Ahora,
presa en los huracanes,
de tu espacio sideral
en los que tu ingravidez me espanta,
porque ingrávido te veo,
aguaito sobria
tu mustio ser cercenado
que a muerte súbita
se acelera.
Sumergido en particular desafío a la vida,
encuentro en tu mirada la despedida.
Resignada, espero tu partida
que espanta retornos
con tu sonrisa de Mona Lisa.
Sin embargo,
entre ocultas esperanzas,
aún anhelo
entre ocultas esperanzas,
aún anhelo
me lleves por tu mundo de Selvas Vírgenes
entre las que escondes
a tu ser de niño de extraña pureza.
a tu ser de niño de extraña pureza.
Ya sin llantos,
ansío tu bufido
y en grito sordo imploro:
¡líbrame de tu telaraña con la que me atrapas
y en grito sordo imploro:
¡líbrame de tu telaraña con la que me atrapas
como a rehén!
para ya libre,
retorne mi viaje como Catarata de Paccha
en búsqueda de nuevos y lejanos Océanos.
en búsqueda de nuevos y lejanos Océanos.
María Puccio
Fotografía de María Puccio
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