http://www.youtube.com/watch?v=4M-93EY0Vyk&feature=youtu.be
El conocido cerro denominado Pan de Azúcar, situado en el distrito de Pachacámac, cuyas caras dan hacia Cardal y el Poblado Rural de Picapiedra, que de donde mostraré imágenes con sus respectivas historias, entraña diversas leyendas que sus pobladores acogen y guardan como parte del patrimonio arqueológico, geológico, histórico y cultural de su comunidad.
El conocido cerro denominado Pan de Azúcar, situado en el distrito de Pachacámac, cuyas caras dan hacia Cardal y el Poblado Rural de Picapiedra, que de donde mostraré imágenes con sus respectivas historias, entraña diversas leyendas que sus pobladores acogen y guardan como parte del patrimonio arqueológico, geológico, histórico y cultural de su comunidad.
Es un cerro pedregoso que deja entre ver
formaciones geológicas interesantes.
Uno de los puntos más dignos a rescatar de este
hermoso cerro, es que da vistas bellísimas de los poblados aledaños que se
encuentran a la otra orilla del río el que, previamente hay que cruzarse si se
quiere llegar a él.
Los habitantes de su alrededor le guardan respeto
puesto que como parte de una de sus creencias indica, hay que llevarle al cerro
ofrendas preferentemente dulces o a ser posible, tal y como dicen, aunque sea,
caramelos.
Entre otras de las creencias que se ha mantiene
viva en la comunidad, es que el Cerro se lleva a los desconocidos o a quienes
le quieren hacer mal.
Es un Cerro sencillo de escalar, no obstante, como
cualquier montaña pedregosa, entraña sus propios misterios y requiere
experiencia por más mínimo o sencillo que parezca el camino.
En mi visita a él, fui acompañada de una niña de
doce años llamada Carla quién, ante un soplo de viento, seriamente me indicó:
“tenemos que irnos, la montaña no nos quiere”, así mismo, ante un tras pies que
tuve en uno de los descensos de la montaña, la pequeña Carla con expresión de
preocupación me indicó: “¡cuidado!, el cerro se lleva a las personas si se
caen”. Efectivamente, ya que por imprudencia, hay personas que en esta
bellísima a la vez de sencilla montaña, han perdido la vida en su intento de
escalarla buscando los caminos más difíciles para escursionarla pese a que en
ella, hay más de un sendero ya establecido por las rutas que realizan los
habitantes de los pueblos aledaños.
El conocido, como Cerro Pan de Azúcar, entraña
diversas leyendas que se han ido transmitiendo de generación en generación.
Una de sus leyendas es la conocida leyenda de las
Huellas de la Carreta, dadas las cuatro huellas que constan en dos niveles de
amplias piedras con la forma de ruedas de carreta, así como lo que se conoce
como la puerta a la entrada al Cerro que los pobladores de Picapiedra señalan
que a veces se abre y que en su día se cerró dejando atrapado para siempre a un
patrón ambicioso y cruel.
Otra leyenda que entraña, es la de la “Piedra del
Amor” así como la de la fuente de la Juventud, de un manantial de agua natural
que emana de las entrañas del Cerro por una de sus caras y que da pie para ver
metros más abajo del curso que ésta sigue lo que se denomina “Ojo de agua”, que
se asemeja a un pequeño volcán en erupción continua, sólo que en vez de lava y
cenizas, arroja en medio de un puñado de arena agua pura y que hace de aquel
pequeño rincón un paraíso que lo describen como si fuese un rincón de arenas
movedizas.
Para conocer las historias con mayor profundidad,
será Carla, la menor de 12 años quién cuente con su tierna voz algunas de las
leyendas.
Para ello, presento las historias en dos partes.
La primera, en donde Carla contará la historia de
la carreta y en la segunda parte, en donde narrará la leyenda de la Fuente de
la Juventud y de la Piedra del Amor.
María Isabel Gómez Castillo
CERRO PAN DE AZÚCAR
VISTAS DEL CERRO PAN DE AZÚCAR SITUADO EN EL POBLADO RURAL DE PICAPIEDRA, PACHACÁMAC, LIMA
PUERTA DE ENTRADA A LA CUEVA
Fotografías de María Isabel Gómez Castillo
http://www.youtube.com/watch?v=4M-93EY0Vyk&feature=youtu.be
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