El perdonarse, además del darse la persona a sí
misma la oportunidad de comenzar una nueva etapa en su vida así como aceptarse
tal y como es, valorarse para quererse a sí misma; es un acto sublime, hermoso.
El perdonarse muestra la capacidad que tiene la
persona para experimentar la acción misericordiosa de ya sea de su Ser
Superior, su Dios así como de los que la rodean.
Es permitirse una suave mirada y acariciarse con
ella iluminando a su vez todo lo que le rodea. Es un cambiar de semblante, para
mostrar la cara más amable, afable, noble de su ser.
Es el resultado de muchos años de entrenarse en
escuchar bajo el silencio la auténtica necesidad de su Ser.
María Isabel Gómez Castillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario