En Barcelona, por tema de espacio, sólo he tenido hámsteres y un tierno Jerbo.
Cada una de mis mascotas, han cumplido en mi vida una función diferente, generalmente, relacionada a las circunstancias que acompañaban mi ser y estar. Cada uno de ellos, ha sido diferente en su relación hacia mí.
A cada hámster, lo podía diferenciar el uno del otro con los ojos cerrados, y eso que llegué a atener en mis manos a 22 a la vez.
A cada hámster, lo podía diferenciar el uno del otro con los ojos cerrados, y eso que llegué a atener en mis manos a 22 a la vez.
Cada mascota, tenía su forma de ser excepcional y la relación con ellos era muy personal.
A lo largo del tiempo, descubrí, que a todos, les gustaba pasar por un momento íntimo conmigo a través de una sesión de masajes, en dónde ellos se quedaban dormidos. Lo mismo pasó con mi Jarbo, él tampoco fue la excepción.
Tras una conversación animada, cargada de emocionalidad en dónde cuatro o cinco personas que coincidimos en la Clínica Exòtics, a la espera de que nuestras mascotas fuesen atendidas, pude observar que las sensaciones de los presentes eran muy similares a las mías. Desde el lenguaje de Coaching, podría decir que todos los presentes, entramos en una buena relación empática, resonando unos con los otros al igual que resonamos con nuestras mascotas; reafirmando, el estado de bienestar que sentíamos, del que hacen de espejo animalitos tan sensibles, como poden ser: Un Conejo Cara de León, Hámster Rovorosky, Tortugas de Tierra (que disfrutan de un buen baño quedándose dormidas en el agua por horas), Chinchillas, Hurones, Loros, Pájaros, etc.
Tras esa maravillosa experiencia, descubrí, que las mascotas, en general, pero en especial las exóticas, que son las que requieren un cuidado más especial ya que se constituyen en el barómetro de nuestra emocionalidad.
Tras esa maravillosa experiencia, descubrí, que las mascotas, en general, pero en especial las exóticas, que son las que requieren un cuidado más especial ya que se constituyen en el barómetro de nuestra emocionalidad.
Concluyendo, las mascotas exóticas, son más sensibles, a la hora captar nuestras energías y de responder a las mismas; son una excelente herramienta para valorar nuestra armonía, equilibrio emocional, el bienestar que hay con nosotros mismos, ya que son finalmente, se constituyen en el reflejo de nuestro estado emocional, encontrando aquí, la función terapéutica de los mismos hacia cada nosotros, porque nos muestran, con sus reacciones, cómo nos encontramos interiormente.
Isabel Gómez
Fotos: Cedidas por Sonia, una amiga que gusta de animales exóticos.
Gracias Sonia
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