Cuando el cuerpo solicita un respiro, lo mejor, es otorgárselo.
Retomo la importancia del saber escucharnos interiormente, sentirnos, sentir nuestro cuerpo, nuestro organismo y entrar en diálogo con él a través de la complacencia que es el mejor estímulo que puede recibir para continuar llevándonos hacia dónde se quiera llegar.
Estos han de ser momentos casi sagrados, que constituyan un entro de yo a yo en un entorno y con el entorno en dónde se realiza el ejercicio.
Este reglo, aceptado, ejecutado libre de cargas de emociones limitantes, distorsionadoras de la experiencia, constituye un reflejo de salud mental, de una buena autoestima, de equilibrio emocional; que bien merece nuestro organismo como ente físico, disfrutarlo para tener un mejor rendimiento.
Comparto como con vosotros, como a veces me regalo estos respiros para compaginar: vida personal, emocional, realidad social, laboral, jurídica y formación profesional.
Mi objetivo: seguir creciendo a nivel personal ante todas las realidades que la vida nos pueda invitar a experimentar.
Isabel Gómez
http://www.youtube.com/watch?v=wuF7lR-iVtw
1 comentario:
El cuerpo es muy sabio, de hecho cuando nos ponemos enfermos, casi siempre es por necesidad de descanso.
Publicar un comentario