Cuando en el encabezado de mi blog señalo el punto
de restauración de la persona, es porque desde mi experiencia profesional y
personal he deducido que, la psicología, es una herramienta o un medio para
llegar al auténtico Ser que se esconde silencioso y misteriosamente detrás de
cada rostro así como el comportamiento que
la persona a través de sus actitudes, caracterología, temperamento,
expresión verbal entre otros aspecto a considerar, revela.
La psicología es un medio para ayudar a la persona
a que llegue a sus propias entrañas, a lo que más oculto e íntimo de su SER en
sus diversos aspectos como pueden ser psicológico – emocional, salud física,
incluso el espiritual ya que hay personas que, una vez tomada una decisión en
su vida, quedan aliviadas en su ansiedad o dolor debido al compromiso que
asumen con su decisión tomada.
Lo que sí he observado es que, detrás cada acción, está presente la necesidad de sobrevivir para aprender a vivir
pese a que sea esta experiencia, una experiencia inconsciente.
Muchas veces, desde mi ejercicio profesional como
psicóloga, experimento que mi profesión se convierte en un arte para dar toques
suaves, delicados, sosteniendo a la personas como si fuese una piedra preciosa
que se está reencontrando y a la que hay que tratar con exquisito cuidando para
preservar su auténtico interior así como su auténtica belleza.
Este trabajo de restauración es a veces largo y
complejo por la misma naturaleza del ser humano.
Pese a que podría ser un trabajo sencillo, de y para la persona hasta llegar al punto de
saberse redescubierta en su esencia develando su auténtica belleza tras un delicado
y exhaustivo trabajo de dar luz al ser que
hay en ella para que comience su reconstrucción, haciéndose evidente su belleza
gracias a la reestructuración de sus esquemas mentales y del aprendizaje de nuevos
modelos de comunicación y de expresión verbal como no verbal, se requiere
paciencia, constancia, compromiso de dejar llevarse en un viaje íntimo a su
interior. Este viaje es integral, pasando por todas las áreas de la persona,
por lo que el trabajo se convierte en un trabajo bellamente minucioso que lleva
a rescatar lo más digno de su ser para dejar la mejor vista y vista de lo que y
para lo que fue creada.
Es un reto, sin embargo, es un reto compartido, que
acompañado, hace la labor llevadera, reconfortante y gratificante para todas
las partes que intervengan y que requieran el gozar de la belleza interior que
se guarda sigilosamente en el interior de del Ser de la persona.
Requiere tiempo y paciencia como toda buena obra de
arte redescubierta necesita para que se conserve de su obra original, la
belleza auténtica. Es aquí en donde la virtud de la paciencia, la constancia,
la perseverancia así como el de la gratitud se hacen presentes para apreciar dar
realce a lo hallado.
Esta experiencia de redescubrirse y redefinirse continuando
siendo el Ser que es sólo que esta vez visiblemente expuesto ante los ojos y la
luz del mundo para que reciba el trato y se le reconozca el valor que merece va
acompañada de la confianza, de una serena y sincera gratitud por saberse quién
es en realidad y que le permite desarrollar con una mayor seguridad y asertividad
su sensación de saberse más sí misma.
He de señalar que, este proceso de visión que tengo
actualmente del Ser Humano, así de qué es lo que la Psicología me brinda y me
permite realizar, tiene un recorrido formacional amplio como a su vez
complementario en diversos modelos psicológicos así como filosóficos.
Pese a que, mi formación troncal, de base, es
conductual y concretamente, Skineriana, he ido ampliando mi campo de visión
para otorgar un mejor servicio a través de Modelos Humanístico, como lo es mi
formación en psicoterapia Rogeriana que pasa a ser mi segunda escuela y la que
me cautiva desde la psicología pura para regir mi en parte mi actual ejercicio
profesional.
También aporta y complementa mi visión, mi
formación en Análisis Transaccional, el modelo Cognitivo Conductual,
conocimientos adquiridos por excelentes maestras psicólogas ellas como lo son
Luz Marina Aguayo con me sumerjo en el mundo del Coaching Transformacional así
como de la psicóloga Susi Lizón y con el doctor Köen, comienzo mi introducción
en la Sofrología para llegar a mi conclusión final de que, en estos momentos me
rijo bajo el modelo delo de la Psicología Positiva creada por P.
Seligman.
He de señalar que,
además en mi concepto actual de lo que la psicología como ciencia me permite
aportar y desarrollar en mi ejercicio profesional también tengo una fuerte
influencia del Filósofo así como Metafísico, don Fernando Rielo Pardal,
fundador de la Escuela Idente.
El camino del forjarme
como psicóloga para brindar el mejor servicio a la persona me lleva a observar
y de manera empírica a estar en constante procesos de investigación y formación
continua ya que una de las bellezas que se puede encontrar en el ser humano, es
su capacidad de transformación gracias a su capacidad de poder madurar y de
crecer para crecerse continuamente.
Licencia en Psicología y Magister:
María Isabel Gómez Castillo.
Colegiada en Lima con Nº 21384