El trabajo del psicólogo es amplio, delicado y requiere paciencia, ceño, para poder abordar casos diversos.
Además de trabajar consejería psicológica, así como psicoterapia tanto para niños como para adultos, también trabajamos en empresas en donde nuestra misión es sobre todo el poder realizar del capital humano el pilar productivo de la empresa que merezca ser respetado, tratado de manera digna así como estarlo entrenando continuamente.
Pese a que, dentro del área organizacional se nos conoce más por realizar selección de personal y funciones administrativas, así como, en general, se nos conoce por trabajar en colegios aplicando pruebas psicológicas, nuestro trabajo es muy intenso así como amplio, variado.
En el área de educación, además de las áreas en la que ya somos conocidos, también trabajamos todo lo referente a aprestamiento escolar, estimulación temprana, terapias de articulación y lenguaje, entre otras.
En nuestro campo clínico, no sólo trabajamos con personas que pasan por estados emocionales delicados y que requieren atención, asesoría o psicoterapia, sino que, también trabajamos con personas que están sanas, emocionalmente estables y que desean superarse para tener una calidad de vida mejor aprendiendo de sus fortalezas mientras que se reentrenan en gestionar y superar sus debilidades.
En relación al trabajo social comunitario, se sigue teniendo como herramienta troncal la psicología clínica que nos permite observar así como diagnosticar para poder proyectar el trabajo a realizar, no obstante, es un trabajo muy humano debido a que las realidades con las que un profesional como yo se puede encontrar en esta área, abarca todas las áreas del ser humano desempeñándose en sus diversos roles, lo que invita a salir al campo a trabajar para que nuestro trabajo sea efectivo conociendo en primera persona y en primera línea de de trabajo las realidades que abordan a las personas y su entorno socio-familiar.
Éste último, es un trabajo integral, que requiere al igual que del área clínica, un trabajo multidisciplinario y de equipo, en donde todos y cada uno de los profesionales, estén dispuestos a compartir experiencias así como intercambiar conocimientos propios de cada profesional para otorgar el mejor servicio posible a la comunidad.
En conclusión, sólo puedo señalar que, la labor del y de los psicólogos que amamos verdaderamente nuestra carrera, nos debemos a ella para ser los primeros en tener una experiencia de autorrealización personal así como profesional.
María Isabel Gómez Castillo
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