¿Duermes, mi niño?
¿Aún te arrullas en
tu caracola?
¿Aún navegas en tu
mar de fantasías?
¿Aún lactas néctares
de la tierra profunda?
Despierta,
y vuelve al mundo del
Mediterráneo
o si quieres, al del Pacífico,
pero vuelve, vivaz y
esplendoroso.
Vuelve vestido con
polvos de alas de mariposas
que en ti posaron su
ser,
impregnándolo de extasiante
aroma de Lúcuma
para que, con tu tersa y
pulcra piel
como Luz de Sol,
acaricies con ternura mi alma de Girasol.
¿Duermes…?
¡Mira el día,
ven a recibirlo!
Llénate de sus ritmos
de Mambo, Boleros y Bachatas,
danzando sin
fatigarte,
que en casa del abuelo,
esperan tu vuelta al
mundo de la Luna Nueva
hasta que vuelva a Menguar.
¡Avívate mi alma!,
que te llevaré a
pasear
por nuevos mundos de
amor de Madre,
como los de las
Cataratas de Iguazú.
¿Aún duermes mi niño?
¡Despierta!,
te espero antes que
la fotosíntesis consuma tu esencia,
mi alma de Rubí.
María Puccio
Fotografía de María Puccio
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