Mi referente
paterno, don César Castillo Puccio desde niña me enseñó a amar la música
peruana cultivando mi amor para con la música en general y en especial hacia la
música criolla entre todo el amplio bagaje de música peruana.
Parte de su rutina,
consistía en sentarme en una silla a escuchar todos los días a determinas horas
de día y en especial, determinados días de la semana con más exigencia, algunos
programas radiales presentados por maestros de maestros de la música en general
siendo una de ellas mi tan admirada doña Alicia Maguiña, cantante, compositora,
intérprete, bailarina y maestra en general entre otros grandes de la música nacional
del Perú.
Fue así como conocí
más a fondo su voz, su labor como investigadora, su nivel de exigencia para con
ella misma como profesional y autocrítica ante su propia obra. Es así pues, como nace en mí una plena admiración a
su trabajo íntegro, el que valoro porque desde su propia voz la sentí
autocriticarse en lo que algunos consideran que es toda una novedad u
aportación a su talento innato, limpio hacia el culto a lo más autóctono que hay dentro de todo el matiz de
nuestra amada música que fue en ella desde lo criollo, hacia lo negro para
culminar en lo andino en la que ella misma reconocía (de esto ya hace más de 25 años), que con su
peculiar voz casi soprano, le generarían retractores, y razón no le faltaban.
No obstante, para
mí, doña Alicia Maguiña, es uno de los iconos vivientes de los que aún se puede
enorgullecer Perú y su folklore de haber hecho cruzar fronteras más de alguna
versión casi olvidada de nuestra música en general llegando a interpretar, a
hablar incluso en quechua, aymara y otras lenguas olvidadas del Perú profundo.
Entre sus
investigaciones de letras, autores y compositores, su nivel de exigencia era
tan extrema que jamás me iba de sin sentir de su voz como mínimo unas cuantas
novedades recopilatorios ya no sólo del su colección como intérprete, sino que,
además, siempre daba pié a que se conociesen tanto a nuevas promesas
interpretativas, músicos, compositores como a los más experimentados músicos
del cantar peruano.
Como compositora,
siempre recogía lo mejor para quién valoraba como lo mejor.
Diría que con un
toque casi feminista ella, siempre ha
llevado muy en alto el nombre de la mujer y a toda mujer que le ha merecido su
confianza enaltecerla con su y por su obra.
Como parte de su
obra, en este espacio sólo puedo dejar una de las que más son de mi agrado,
aunque he de reconocer que, muchas de sus mejores obras desde mi punto de
vista, aún no constan en canales on-line.
Por ello, me
declino ante Ica mañana voy, mañana.
Isabel Gómez
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