Uno de mis deseos en este mes, era poder despedirme del mismo dando gracias a María Santísima que hasta el último momento inspira las vidas de quienes en ella creemos y en ella ponemos nuestra confianza.
Este es un mes especial. Es un mes que en sí reconfortante. Es un mes en el que un alma agitada tiene muchas ocasiones de sosegarse y de descansar antes de sentirse fatigada y exhausta.
El mes de Mayo, no deseaba concluirlo sin hacerlo de mí un espacio de gratitud por todo lo que a lo largo de él en esta nueva etapa de mi vida he ido reconociendo, reencontrándome así como aprendiendo.
Sobre todo, en esta ocasión, quería resaltar con motivo de este lindo mes dedicado a María Santísima nombres inspiradores que en mi mente resuenan porque son nombres de seres queridos, concretamente de primas y tías a quienes tengo mucho cariño y admiración.
Uno de los nombres que cada vez escucho y me suena a manto celestial, es el de FLOR DE MARÍA. Cómo no, un nombre así, puede ser sólo una expresión con lógica si en el fondo es casi poética por todo lo que en su esencia contiene.
Cuando nos acercamos a María Madre, ¿qué es lo primero que buscamos acercarle para transmitirle nuestro cariño, nuestro amor: UNA FLOR. Y, ¿cómo no una Flor puede dejar de pura, fragante cuando es ofrecida a MARÍA SANTÍSIMA?
Otro nombre que me inspira el abrazo espiritual de nuestra amada Madre, es el FLOR DE LUZ.
¿Cómo una flor que es signo de nobleza, de cariño, de esperanza, de amor verdadero, puede dejar de ser Luz en medio de oscuridades del alma?
Si la Luz se hace Flor y la Flor se hace de María, entonces, con toda mi gratitud deseo culminar este mes de Mayo (y ya casi este día), dando gracias a María Madre por su gran amor y por haber puesto en mi camino a seres queridos que llevan su nombre, su sello de Flor fragante, elegante y alegre y que son parte de mi familia.
Deseo en este mes, realizando este juego de palabras dedicados a María Santísima, expresar mi cariño y gratitud a una de mis tías más queridas, a Flor de María Castillo Alama, por su generosidad, cariño, paciencia y sobre todo, por su don de enseñar como buena maestra que en su ser ella alberga.
Así pues, culmino este mes, pero no sin dejar de remarcar que estoy en una etapa de gratitud, por lo que si me permiten, sobre la gratitud, estaré expresándome, entre otros temas.
Gracias Madre amada por haber intercedido por mí ante Dios Padre para que me conceda el don de la gratitud y me permita practicarlo gracias a la constancia enseñanza de una de tus amadas hijas: mi tía, Flor de María.
Este es un mes especial. Es un mes que en sí reconfortante. Es un mes en el que un alma agitada tiene muchas ocasiones de sosegarse y de descansar antes de sentirse fatigada y exhausta.
El mes de Mayo, no deseaba concluirlo sin hacerlo de mí un espacio de gratitud por todo lo que a lo largo de él en esta nueva etapa de mi vida he ido reconociendo, reencontrándome así como aprendiendo.
Sobre todo, en esta ocasión, quería resaltar con motivo de este lindo mes dedicado a María Santísima nombres inspiradores que en mi mente resuenan porque son nombres de seres queridos, concretamente de primas y tías a quienes tengo mucho cariño y admiración.
Uno de los nombres que cada vez escucho y me suena a manto celestial, es el de FLOR DE MARÍA. Cómo no, un nombre así, puede ser sólo una expresión con lógica si en el fondo es casi poética por todo lo que en su esencia contiene.
Cuando nos acercamos a María Madre, ¿qué es lo primero que buscamos acercarle para transmitirle nuestro cariño, nuestro amor: UNA FLOR. Y, ¿cómo no una Flor puede dejar de pura, fragante cuando es ofrecida a MARÍA SANTÍSIMA?
Otro nombre que me inspira el abrazo espiritual de nuestra amada Madre, es el FLOR DE LUZ.
¿Cómo una flor que es signo de nobleza, de cariño, de esperanza, de amor verdadero, puede dejar de ser Luz en medio de oscuridades del alma?
Si la Luz se hace Flor y la Flor se hace de María, entonces, con toda mi gratitud deseo culminar este mes de Mayo (y ya casi este día), dando gracias a María Madre por su gran amor y por haber puesto en mi camino a seres queridos que llevan su nombre, su sello de Flor fragante, elegante y alegre y que son parte de mi familia.
Deseo en este mes, realizando este juego de palabras dedicados a María Santísima, expresar mi cariño y gratitud a una de mis tías más queridas, a Flor de María Castillo Alama, por su generosidad, cariño, paciencia y sobre todo, por su don de enseñar como buena maestra que en su ser ella alberga.
Así pues, culmino este mes, pero no sin dejar de remarcar que estoy en una etapa de gratitud, por lo que si me permiten, sobre la gratitud, estaré expresándome, entre otros temas.
Gracias Madre amada por haber intercedido por mí ante Dios Padre para que me conceda el don de la gratitud y me permita practicarlo gracias a la constancia enseñanza de una de tus amadas hijas: mi tía, Flor de María.
Isabel Gómez
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