Abordar
las emociones desde la escritura, requiere en la persona el valor para verse
tal y como és, aceptarse a sí misma para posteriormente desarrollar
herramientas que le permitan mejorar aquellos aspectos que considere necesarios
corregir, para que así experimente de manera sostenida estados de bienestar
general.´
La
escritura como técnica psicoterapéutica, aporta en la persona confianza en sí
misma. Una confianza que la hace capaz de compartir vivencias y experiencias
que le permite exponerse a juicios de otros o a situaciones de crítica general.
Éste,
es un estado interior de reto personal.
La
persona ya no sólo se contempla así misma, sino que, con su estado interior,
invita a que otros también puedan pasar por una experiencia similar de auto
contemplación.
Un
estado de auto contemplación es fruto de
lo que hace unos días señalaba: es un espacio vital sostenido en el silencio de
la mente que deja como resultado final un estado de reflexión continua, de
meditación sobre lo que contempla en ella misma, en y de su entorno y en los
demás.
El
compartir esta experiencia, es fruto de un estado de abundancia generosidad por
lo que en muchas ocasiones, tras diversos escritos nos encontramos con seres
tal vez anónimos que son generosos con los que les leen además de serlos
consigo mismo.
En
conclusión, la escritura como técnica psicoterapéutica, es una experiencia
íntima que personas valientes y generosas pueden compartir con los demás.
María
Isabel Gómez Castillo
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