martes, 2 de julio de 2013

LA PUNTA (CALLAO), EN LIMA: REENCUENTRO





Uno de mis rincones preferidos en  Lima, siempre fue La Punta,  situada en la Provincia Constitucional de Callao, justo al norte del distrito en donde me crié (San Miguel).  Este es para mí un rincón de gratos recuerdos. A  la vez, es un espacio  desde donde me tocó resolver sobre marcha diversas situaciones vinculadas a temas de  estudio, personales así como el enfrentar una y otra vez uno de mis más grandes temores: el nadar en mar abierto o sencillamente, el nadar.

Este último reto era excitante.  Me colmaba de sentimientos encontrados que iban desde el temor intenso hasta la necesidad de vencer y ganar.  Metafóricamente hablando, esta playa, para mí representa mi rincón de continua supervivencia, de vencer un reto tras otro para salir airosa tras cada desafío que yo misma elegía ante mi impaciente deseo de  aprender.  Se convertía en duro adversario, cuando  consideraba que habían otros ya tenía controlados e incluso, vencidos. Era una etapa de mi vida en donde mi  ímpetu era soberbio. Buena parte de mi vida se iba dirigida a una intensa e interesante necesidad de ganar. Ahora comprendo por qué. Era insegura. Me estaba desarrollando y con ella se estaba fortaleciendo mi autoestima.



Ahora, todo es distinto.  Ahora, tras tener mayor capacidad de autocontrol de aprender a medir los desafíos de la naturaleza (incluso de la humana), así como de haber encontrado en mí herramientas de sobrevivencia y contar con más técnicas de resolución de situaciones diversas, tras estar aprendiendo a vivir la vida con sentido, con alegría, con una mirada suave, amplia e intensa a la vez,  este rincón se constituye en mi espacio de reencuentro con mi nuevo yo, con mi nuevo ser. Ahora me ejercito en la prudencia,  en la paciencia, en la mirada, en la crítica constructiva, en el saber hacer para saber vivir para así con la Gracias de quienes creemos en que tenemos un Ángel de la Guarda, pueda salir airosa de diversas tempestades  que como en cualquier Océano se suceden, se dan en la vida real.   



Por ello, este reencuentro con una de mis playas preferidas de Lima como lo es La Punta,  también es motivo de agradecimiento por la nueva mirada con la que me puedo observar, por la que puedo contemplar naturaleza en su total belleza y esplendor.  Éste se constituye en un espacio de gratitud a todos aquellos que a lo largo de este camino de ausencia física en un lado del mundo y existencia autocontrolada en otro rincón del mismo hacen posible que tenga esta exquisita experiencia. Una vez más, es momento de dar gracias a quienes me han tendido en diversas ocasiones una mano por el motivo que fuese para que llegase a conseguir mis sueños metas o deseos. Es  el momento de unir la belleza que se puede contemplar  desde el exterior  del  SER hacia su adentro,  con la belleza que el SER posee en sí  mismo y que es capaz de experimentarla  tras el  estado éxtasis  al que es capaz de llegar como fruto de tan profunda contemplación.



Esta parte final, e mi auténtico compartir. ¡GRACIAS!





María Isabel Gómez Castillo


Fotografías de María Isabel Gómez Castillo

1 comentario:

Un chico de Lima dijo...

Siempre es bueno volver a los lugares que nos traen paz y nos permiten reflexionar :)