lunes, 16 de febrero de 2015

PSICOLOGÍA: ARTE MÁS QUE TRABAJO



Como psicóloga, me corresponde acompañar a la persona en los estados  emocionales en el que encuentre durante la solicitud del servicio.

Escuchar, prestar  atención a sus necesidades, permitirle que aprenda a tomarse su tiempo para gestionar situaciones nuevas y detectar  sus emociones,  constituye el primer paso para que la persona  se dé la oportunidad de conocerse para desarrollarse e iniciar un proceso de crecimiento personal.

Si bien es cierto que, parte de mi trabajo consiste en detectar las fortalezas de quienes solicitan mis servicios, la otra parte de mi función, es  ayudar a la persona a que aprenda a valorar y aceptar sus debilidades.

Según cómo se den los acontecimientos, entrenar a las personas  a manejar eventos conflictivos o frustrantes, se constituye en un reto.

En diversas ocasiones, en las supuestas fragilidades de las persona, se encuentran las herramientas que necesito para empoderarla en sí misma, ayudándola a reconocerse “resiliente”.

Es entonces, cuando comenzamos un trabajo de reconocimiento del manejo del lenguaje, de reestructuración cognitiva que le  permita aprender a transformar  el lenguaje cotidiano en uno positivo.

Para entrenarse en el uso de un lenguaje constructivo la persona se va entrenando en visionar su entorno e identificar el estilo de comunicación de los demás para establecer diferencias.

La persona requiere compromiso, paciencia, constancia, serenidad, seguridad, darse un espacio personal, vaciar su mente, aprender a gestionar su tiempo durante estados de interacción social para que, cada expresión utilizada,  sea el verdadero mensaje que desea transmitir.

En este proceso de trabajo mutuo, la persona empodera su autoestima, su valía, manejando objetivamente el lenguaje.

Lejos de ser  una sesión entre un paciente y profesional, pasa  a ser un reencuentro entre dos seres. Uno con  la formación profesional más la  experiencia, sostiene en su redescubrimiento a otro ser que ha tomado la decisión de trascender en el mundo desde el mundo.

Si se consigue que ambas personas asuman metas y cada una se deja llevar por lo que en sus funciones le compete,  pasa a ser un trabajo   en equipo que garantiza el éxito para ambas  partes ya que  el trabajo en psicología, en muchas ocasiones, es un arte: el de  saber ser y estar.


María Isabel Gómez Castillo.
Fotografías de María Isabel Gómez Castillo






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