El trabajo de un buen profesional en el área de psicología radica en conseguir transmitirle a la persona mi visión haciéndola capaz de ver hacia la misma dirección de lo que haya detectado, con serenidad, calma, siguiendo sus tiempo, calmando sus biorritmos, dando luz a sus razonamientos, ayudándole a gestionar las barreras que ha aprendido a utilizar para llegar a un límite que la exponga a un riesgo integral.
El
trabajo del psicólogo no es contar a nadie lo que nos haya dicho
bajo sesión a ninguna persona absolutamente nada de lo transmitido. Por ello es
confidencial y, desde el primer momento de una sesión se ha de indicar al
usuario del servicio que todo lo que
refiera quedará entre él y el profesional.
Es importante saber acompañar a las personas
cuando revelan su intimidad y saber darles las gracias por la confianza depositada en nuestro trabajo y persona.
El
trabajo del psicólogo está lejos de
manipular mentes, de persuadir, ya que
no vendemos ni compramos, ACOMPAÑAMOS.
Incluso,
cuando el trabajo es multidisciplinario se transmiten percepciones u observaciones, pinceladas generales de lo que
pueda ser el motivo de consulta y que sea necesario que el resto de
profesionales conozcan para comprender
a la persona y darle un trato
humano y profesional cualificado.
Sólo
en discusión de casos entre colegas, y únicamente si es para descartar un diagnóstico o determinar
una estrategia de trabajo complementario
con técnicas que estén fuera del alcance del profesional que en un inicio lo abordó, se podrá compartir el caso,
entendiéndose que siempre será bajo el ejercicio del Sigilo Profesional. En
este caso, el colega tiene la obligación además
de la necesidad, de contrastar su
la información para tener su propia percepción para poder otorgar un
trato óptimo a la persona y ayudarla en
la o en las necesidades que presente.
Recuerdo
que, el trabajo de un psicólogo
es delicado. Requiere un
exquisito respeto hacia la persona, quién ha de recibir un trato sincero,
amable, que la lleve a conciliar duelos, a perdonarse a perdonar, a
sanar heridas para abrir nuevos círculos
que le otorguen nuevas oportunidades de vida. Tocar su mente para que trabaje
su razón, así como sus emociones.
También
es parte del trabajo psicológico sujeto
al Sigilo Profesional, el realizarlo con elegancia y tino, Los
profesionales que trabajamos con lo más íntimo de las personas hemos de
enseñarles a que sean ellas en primer lugar las que aprendan a llegar a sí mismas.
María
Isabel Gómez Castillo
Fotografía de Isabel Gómez
Fotografía de Isabel Gómez
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