Hay
vínculos sólidos, potentes, resistentes, que se atajen por el ángulo por donde
se realice, siempre dejaran ver su belleza e integridad (la que se guarda en
sus entrañas), mostrando sólo para unos pocos sus secretos más recónditos que
los hacen que perseverantes a las inclemencias del tiempo y circunstancias
diversas, conservándose intacto y resistente para quienes sólo pueden admirar
su belleza por más simplista que parezca resaltando así, con la mirada que se
le otorga lo que le hace diferente a otros seres de su misma especie.
Es así,
como reconozco la nobleza en el ser humano, en donde todos podemos parecer lo
mismo sin serlo, ya que somos sólo únicos y en aquella individualidad radica la
esencia que cada ser puede mostrar a los demás, y que otros somos capaces de
descubrir en ellos para poder admirar maravillados, la grandeza que en su
interior conservan y en la magnitud que en su exterior reflejan.
Fotografìas de María Isabel Gómez Castillo
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