Te
perdí en una tarde sin silencios
de
tempestades ajenas,
con
golpes de consciencia
como
granizos de Mayo.
Quise
ser yo y que fueses tú,
pero
cada uno quiso Ser…;
Innegociables
pensamientos
como
huracanes en la mar,
que
rompieron la esencia
de la
magia del sol.
Sin
llegar a ser
brisas de
primavera,
exhibieron
esperas en los cielos de agosto
como
codiciada ofrenda
entre exhaustos
territorios.
María Isabel Gómez Castillo
Lima 2016
Fotografía de María Isabel Gómez Castillo
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