Jugabas, jugabas,
mi pequeño afán.
Brillabas, me
enternecías.
Ahora, tu
repentino atardecer
en precoz invierno,
te lleva de viaje
entre curiosas
caracolas
que han llamado tu
atención.
Y me silbas,
y me llamas.
Tu ingrávido arrullo
reclama mis
entrañas.
Cual descarrilado
tren,
espero mi rumbo y por
él,
que llegues a mi
encuentro
de estación
ahogada.
Entre rieles
ondeantes te espero
para que seas una
vez más
paisaje de primavera
en oasis de tu tierra.
María Isabel Gómez
Castillo
Fotografía de María Isabel Gómez Castillo
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