La imagen, es breve, pero registra el canto inquieto de una pareja de Huerequeques, recogidas en el río Lurín, en el mes de Diciembre, mientras el río estaba completamente seco.
Esta zona del río, se corresponde a la que está entre las poblaciones de Picapiedra y Cardal en Pachacámac,estando cada población, una en frente de la otra.
No es fácil verles cuando el río se encuentra en estas condiciones, no obstante, sus pobladores indican que, algo encuentran en el río.
Unos dicen que, hasta hacer unos diez a cinco años, aún se encontraban muchos camarones pese a la sequedad del río. Que, si se cavaba con las manos las piedras, debajo, de encontraban kilos de camarones de río para consumo familiar.
Indican también que, pese a que el río pareciese seco por la parte de encima, por debajo, había diversas especies de las que estas aves (entre otras), también se alimentaban.
Señalan que, últimamente, con la cantidad de vertidos que llegan al río y que lo contaminan, ha ido a menos, la presencia de este crustáceo de agua dulce, no obstante, sigue siendo habitual, encontrar algún que otro Huerequeque en la zona del río, pese a las condiciones de éste, ya que, hay algunas pequeñas colonias, que se han quedado para habitarlo y que, lo que realizan es desplazarse río arriba o río abajo en busca de alimento.
En aquella ocasión, hacía mucho calor, era pasada las tres de la tarde, no obstante, en medio de tanta aridez, se sentía el canto ansioso de estas pequeñas estilizadas y delgadas aves.
Sin lugar a duda que, cualquier presencia de especies en lugares que, han ido perdiendo las misma, por diversas razones, pero, en especial por explotación de la zona o por diversos factores contaminantes, es un regalo contemplarlas y capturarlas por vías como ésta, sin molestarlas.
Isabel.
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