Cómo para no vivir enamorada, agradecida y sentirse amada.
Sólo puedo decir gracias.
Salmo del cuarto Domingo de Cuaresma.
Sencillamente es bellísimo.
Me quedo con una frase "El testimonio del Señor es verdadero", porque si fui creada a su imagen y semejanza, Entonces, ¿mi testimonio, también no ha de ser verdadero en cuánto al amor que le debo y la gratitud que le guardo?
Sólo como anécdota. Solía llevar un denario como anillo que me recordaba el compromiso que una vez llegué a realizar a través de mis primeros votos cuando tuve la invitación a vivir la Vida Consagrada. Ayer sábado, camino a un trabajo que también denomino misión, no sé cómo, lo perdí. Desapareció de mi mano, de mi dedo.
Aquel símbolo que para mí era la alianza de mi compromiso de amor, dejó de estar visible, hoy, con este hermoso Salmo, comprendí que no sólo un símbolo físico de plata pura con valor sentimental por la persona de quién me vino otorgado es lo que me complace en mi vocación, sino que, ahora soy mi aro puro, mi aro hecho a través de mi ser, para con él vivir la plenitud de mi vocación a través de mi profesión.
Gracias Padre amado por amarme tanto.
María Isabel Gómez Castillo
Fotografía de María Isabel Gómez Castillo
Salmo 19(18),8.9.10.11.
La ley del Señor es perfecta,
reconforta el alma;
el testimonio del Señor es verdadero,
da sabiduría al simple.
Los preceptos del Señor son rectos,
alegran el corazón;
los mandamientos del Señor son claros,
iluminan los ojos.
La palabra del Señor es pura,
permanece para siempre;
los juicios del Señor son la verdad,
enteramente justos.
Son más atrayentes que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo del panal.
La ley del Señor es perfecta,
reconforta el alma;
el testimonio del Señor es verdadero,
da sabiduría al simple.
Los preceptos del Señor son rectos,
alegran el corazón;
los mandamientos del Señor son claros,
iluminan los ojos.
La palabra del Señor es pura,
permanece para siempre;
los juicios del Señor son la verdad,
enteramente justos.
Son más atrayentes que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo del panal.
http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20150222
No hay comentarios:
Publicar un comentario