Cada vez, me sorprende más la
creatividad de compatriotas de ver cómo con tanto descaro, se las ingenian para seguir en el poder desde
la política.
Sin lugar a dudas, el plato denominado ganancias económicas no
declaradas debe ser suculento por los que,
muchos, pese a tener antecedentes
de diversos tipos de infracciones e
incluso delitos, pugnan por hacerse con una fortuna que no sólo no les
corresponde, sino, que además, detrás se encubren apaños de corrupción que por buena parte de la
población es sabido y aceptado bajo
la expresión: “si me van a robar,
prefiero uno que conozca, a un desconocido.
Sin lugar a dudas, el servicio es
sucoso. Ello ha dado como siempre a
fuertes inversiones para distorsionar
una vez la ética que con la
que se han de prestar los servicios de
marketing, así como el ingenio para crear símbolos de todo tipo. Os aseguro,
que, ya irónicamente expresándome sólo
me falta el símbolo de tirar dedo.
El cómo se llegue al poder, al
parecer es lo de menos.
Cada quién se presenta en su mejor versión y se asegura
de ocultar lo más inverosímil de
lo verdaderamente evidente.
¿Seremos esta vez los peruanos, capaces de tomar decisiones sensatas ante la
ambición, prisa, improvisación y más?
Para muestra, sólo unos botones.
María Isabel Gómez Castillo
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